Ha llegado una de las fechas más importantes del calendario hindú: el colorido festival Holi que celebra la diversidad y conmemora la llegada de la primavera. Una cita que este año transcurre entre el 24 y 25 de marzo en la India, donde el fin de semana tenía lugar una exclusiva reunión en la que la moda ha estado muy presente. Hasta allí se trasladaba Inés de Cominges junto a amigas como la ilustradora de origen aristrócrata, Tatiana de Nicolay, o la diseñadora colombiana Virginia Borrero de Castro. Se convertían en invitadas de una cena especial en el palacio de Jaipur organizada por el joven maharajá de la ciudad. Un evento en el que la influencer aprovechó para demostrar una vez más su pasión por los tonos vibrantes, enfundándose en un impresionante diseño de princesa.
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La esposa del empresario belga François du Chastel confesaba en una entrevista a ¡HOLA! que se identifica con un estilo "superalegre a la hora de vestir", donde el volumen, los estampados y los colores muy vivos nunca faltan. Algo que demostró en la fiesta con un vestidazo rojo confeccionado con capas y capas de tul. Un diseño de escote Bardot que dejaba los hombros al descubierto y caía creando una silueta de A, culminando en una vaporosa cola.
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Nos atrevemos a decir que es sin duda uno de los vestidos más fabulosos que la it girl ha llevado hasta la fecha, un modelo con amplias mangas y muchísimo volumen, que bien podría convertise en un auténtico conjunto de alfombra roja, en la misma línea del icónico vestido de tul que Ariana Grande lució en los Premios Grammy de 2020. Inés apostaba por un total look combinando su elección con un bolso de mano también en rojo e incorporaba una vistosa gargantilla para completar su estilismo.
Un diseño de Alta Costura
Se trata de una pieza ideada por la maison Natan, fundada en Bélgica en 1930 y en la actualidad con el diseñador Edouard Vermeulen al frente de su dirección creativa. Un vestido que destaca por sus capas de tul fruncido y que forma parte de la última colección (primavera/verano 2024) de Alta Costura de esta firma, la última casa belga que confecciona sus colecciones en sus propios talleres: su atelier, situado en la milla de oro bruselense, se ha convertido en lugar de peregrinación para quienes adoran estos vestidos que destacan por su elegancia y artesanía.