Si existe alguien que sintiera profundamente la inmensa influencia que tiene la moda en nuestro día a día esa era Iris Apfel. Y es que esta diseñadora de interiores, a quien tuvimos que despedir en la jornada de ayer, además de ser uno de los mayores iconos de la industria, tenía especial facilidad para acercarnos al maximalismo y demostrarnos con sus excéntricas apuestas que dicho concepto está construido, sobre todo, en base a la autenticidad.
Apfel ha muerto a los 102 años de edad y lo ha hecho en su casa de Palm Beach, en Florida. Decimos adiós a una mujer que acumula más de tres millones de seguidores en Instagram, defensores que, de seguro, seguirán abanderando cada una de las lecciones de estilo que ha regalado a distintas generaciones a lo largo de décadas.
Si bien es cierto que se dio a conocer con una exposición en el MET en 2005, hito que la condujo a ser llamada por grandes firmas de moda y joyería como H&M (en 2022), sus inicios en el sector están ligados a Carl Apfel, con quien se casó en 1947 y con quien fundó Old World Weavers, negocio textil con el que ambos consiguieron abrir las puertas de Casa Blanca para decorarla, además de unir pasiones con leyendas como la icónica intérprete Greta Garbo.
Accesorios XXL (entre los que se encuentran sus gafas de pasta, complemento que convirtió en seña de identidad) , estridentes bordados, piezas de abrigo de grandes dimensiones, lápices de labios en rojos vibrantes… Elementos claves en la configuración de su personalidad. Iris Apfel enseñó al mundo a jugar con todo el espectro cromático, sin excepciones, y sus razones eran obvias: “El mundo puede ser un lugar gris, por lo que los colores, patrones y texturas son una forma de darle vida a un poco de diversión. Lo mismo ocurre con el maquillaje: quiero que mis lápices labiales sean lo más brillantes y atrevidos posibles”, revelaba a People en 2022.