No hay primavera y verano sin un par de alpargatas a los pies. Ya sea para disfrutar de una tarde frente al mar, para un paseo por la capital o en una fiesta hasta el amanecer, es el mejor aliado para ir cómoda y guapa sin pensar demasiado. Consolidado como el modelo estrella del mercado español, ha traspasado las fronteras subiéndose a las pasarelas internacionales, e incluso se han colado en los armarios de las expertas en moda más exigentes y en películas como Barbie. Y todas tienen algo en común: la suela de esparto se estropea. Pero tranquila, porque hemos averiguado cómo puedes conseguir que parezca nueva, sigue leyendo, ¡te sorprenderá!
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Seguramente también has caído en sus redes y tienes una amplia colección que abarca desde los colores clásicos a otros más atrevidos e incluso con estampados y bordados que son tendencia. Pero como mencionábamos, el riesgo de lucirlas continuamente a lo largo de estos meses de calor, es que estén en continuo contacto con el césped, el barro, la arena y el asfalto, por ejemplo. Superficies que pueden a llegar a crear manchas que ensucian considerablemente el zapato debilitando la imagen y la elegancia de la pieza.
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Razón por la que muchas veces nos deshacemos de ellas, pensando que no tienen ninguna solución posible, ¡pero estábamos equivocadas! Gracias a un interesante truco de limpieza que se ha hecho viral, ahora podrás darle muchas vidas, ahorrar dinero, paseos a las tiendas y quebraderos de cabeza. La artífice es Begoña, más conocida como La Ordenatriz, quien triunfa con sus sabios consejos ante sus más de un millón de seguidores, nos ayuda a recuperar la belleza de nuestras alpargatas de confianza con un método muy sencillo y rápido de hacer en casa.
¿Cómo hay que limpiar las alpargatas?
Como bien explica en el tutorial, lo primero que debes hacer es utilizar un cepillo para eliminar los restos que puedan quedar de polvo, barro o cualquier otra partícula, tanto en la suela como en la tela. El siguiente paso es pulverizar una fórmula mágica que se consigue con 500 ml de agua caliente, dos cucharitas pequeñas y rasas de jabón en escamas y 60ml de amoníaco. Cepillamos de nuevo y terminamos frotando con una bayeta humedecida en agua. Para la suela de esparto, deberás repetir el mismo proceso, pero según explica, empapando lo menos posible el material. Inmediatamente añade una gran capa de bicarbonato para absorver el exceso de humedad y evitar malor olores. Tras unas horas de secado, solo tendrás que cepillar una vez más para quitar el producto que haya quedada, ¡y listo!