Todas hemos vivido ese momento en el que abres el armario y no sabes qué ponerte, ¡a pesar de tenerlo abarrotado de ropa! Algo que nos sucede no solo en invierno para ir a la oficina, también durante las vacaciones. Vestidos largos o cortos, total looks estampados, prendas de lino e incluso jeans forman parte de tu colección del verano, pero... ¿con qué estaré más guapa y favorecida? Los redactores de FASHION desvelamos los trucos que seguimos en estos casos, para dar el estilismo fácilmente con el que sentirnos maravillosas, ya sea para ir a trabajar, una cita romántica o disfrutar de un paseo cerca del mar.
- Once vestidos de color naranja, la tendencia del verano con 'efecto bronceador' 🧡
Hacer maletas 'wrinkle-free', Elisa García-Faya
Vestir bien en verano no me parece tan complicado cuando estoy en casa y voy a la oficina. Sin embargo, cuando me marcho de viaje, la cosa se me complica. Sobre todo si tengo alguna cita a la que no puedo asistir con el combo estrella de traje de baño y pareo. Por eso, creo que la clave está en escoger prendas non-iron, es decir, prendas que no haga falta planchar. Hablo, por ejemplo, de vestidos como el Siren blue pleated dress de Lagaam, que recuerda al mítico Delphos de Fortuny. También a los clásicos vestidos satinados tipo túnica de Oysho y H&M. Ninguna de las dos cosas faltan en mi equipaje.
Oda al color, María Palma
Siempre me he sentido en tierra de nadie cuando me preguntan con qué estilo me veo más reflejada. Durante el invierno es cierto que soy muy clásica y visto continuamente de tonalidades neutras y oscuras, pero cuando llega el verano... ¡mi armario es una explosión de color! Me convierto en la amiga más 'colorful' de todas, incluso combinando el rojo y rosa en un mismo look. Es cierto que me visto dependiendo de mi estado de ánimo, pero adoro optar por gamas vibrantes como el azul, amarillo, naranja por varias razones, potencia mi ligero bronceado playero y me suben el autoestima en cuestión de segundos.
Siempre vestidos, Regina Navarro
Mi armario de verano está lleno de vestidos. Es más, podría asegurar que durante los meses de julio y agosto solo visto con esta prenda. Son cómodos, fresquitos y me evitan muchos quebraderos de cabeza a la hora de crear un look bonito y práctico con el que sobrevivir al calor. El truco para no aburrirme de ellos es combinarlos con accesorios muy diferentes: un día alpargatas y un capazo, otro unas sandalias planas y maxipendientes... ¡Hay muchísimas combinaciones!
Elige los tejidos adecuados, Mariana Torres
Cuando visité Marruecos un mes de agosto, descubrí que allí recomiendan a los turistas vestir de largo con mangas largas, pero no por pudor sino porque así se preserva bien la temperatura corporal. Eso sí, nada de tejidos sintéticos. Tienen que ser prendas ultraligeras de lino puro o algodón al 100%, dos materiales fresquitos e ideales para el verano que facilitan el flujo de aire. Este consejo me salvó, así que continúo aplicando en Madrid de vez en cuando, al llegar el calor intenso.
Sí existen los vaqueros de verano, Amaia León
¡Pero no como los imaginas! Hay ciertos vaqueros largos que, por su diseño y por su tejido, no te dan calor. Olvídate de los pitillos y los jeans muy gruesos o que incorporen lycra y poliéster, y en verano opta por siluetas amplias y telas de algodón orgánico o mezcla de lino. Mi último flechazo, en este sentido, han sido los Magda denim carpenter de la firma sostenible Agolde, unos vaqueros anchos, ligeros y muy suaves que no solo son comodísimos, sino que son supertendencia pues incorporan bolsillos cargo en los laterales que, además, estilizan.
Alpargatas 24/7, Paula Callejo
Cuando empieza el buen tiempo, me ocurre como a la reina Letizia: no me bajo de las alpargatas de cuña hasta octubre. Me parecen lo más cómodo del mundo, estilosas, favorecedoras y muy fáciles de combinar. La verdad es que tengo más de las que debería, pero la experiencia me ha confirmado que las más versátiles son las de tonos como beis o cuero, que llevo tanto a la oficina como para salir de fiesta. Por lo tanto, son un básico al hacer la maleta, especialmente cuando tengo poco espacio, ya que con solo un par (o dos) resuelvo numerosos looks.
Recuperar las combinaciones, Mariana Chacón
No me refiero a mezclar prendas diferentes con éxito ni nada por el estilo. En realidad, mi truco tiene como protagonistas a las combinaciones que asociamos a las abuelas pero que yo he rescatado para llevar cómodamente los vestidos más cortos y vaporosos. Porque soy de las que no vuelven a ponerse pantalón largo hasta septiembre y dejar las piernas al descubierto acarrea ciertos riesgos (como levantamientos de falda accidentales cuando sopla un poco de aire). Las tengo de un par de colores distintos, todas son de tejidos sueltos que no se pegan a la piel y, por supuesto, muy ligeras.
Una falda 'midi' fluida, Cristina González
Durante los meses más calurosos suelo encontrar en este tipo de faldas una alternativa a los vaqueros mucho más cómoda y fresquita. Tanto estampadas como lisas, solo necesito una camiseta blanca básica para combinarlas fácilmente, lo que en muchas ocasiones me salva de no saber qué ponerme, ¡sobre todo para ir a la oficina! Y como voy a pasar bastantes horas sentada, intento elegir siempre modelos sin cierre y con cinturilla elástica.
El uniforme estrella, María Palma
A mí también me ha pasado abrir el vestidor y no saber qué ponerme, por eso, desde que di con el truco estrella, ¡no he vuelto a tener quebraderos de cabeza FASHION! Se trata de los maravillosos total looks, ya sean estampados coloridos, de telas fluidas, en versión chaleco y pantalón, con falda larga a juego... Con este formato tan chic, -que además puedes reciclar decenas de veces-, encuentro todas las combinaciones posibles para ir siempre estilosa sin necesidad de pensar demasiado.
Ropa amplia, Luis Javier Merino
Yo que tengo que coger el metro todas las mañanas, siento que es una odisea encontrar el punto exacto del vagón en el que sentir un poco de aire acondicionado y no sufrir por el calor. Sin embargo, me ayuda mucho que la ropa que elija sea relativamente amplia para evitar cualquier agobio con tejidos ceñidos al cuerpo. Siguiendo esta fórmula, también es mejor lucir prendas superiores que puedas desabrochar para que no se opriman al cuello.
Tonos neutros, Cristina González
Los colores claros como el beis, el nude, el blanco roto o las tonalidades tierra en su gama más suave, cuentan con dos ventajas. Por un lado, ayudan a combatir mejor el calor pues absorben menos luz. Y por otro, este tipo de prendas resultan muy fáciles de combinar: las blusas de tirantes lisas en estos colores se han convertido en mis favoritas del verano.
Vestido largo para todo, Amaia León
Mi armario de verano tiene muchísimos vestidos largos, la mayoría de ellos de cierto aire bohemio, porque me parece la prenda más práctica del verano. Encaja para ir a trabajar, para un plan informal, para una cena especial... y también para la playa, claro. Todo depende de cómo lo combines, y en realidad quedan igual de bien con sandalia plana, con alpargatas o con tacones. Para no pasar calor, siempre sigo dos recomendaciones: buscar tejidos ligeros y que transpiren, y escoger aquellos diseños que no tienen mangas; siempre puedes ponerte un caftán si refresca.