Hace tres años que no vemos a Ariana Grande pisar una alfombra roja, concretamente desde su última aparición en los Premios Grammy del 2020. Durante todo este tiempo, la artista ha estado centrada en su papel como jueza de la versión estadounidense de La Voz, en su marca de belleza y en uno de sus proyectos más especiales. Y es que en 2024 estrenará Wicked, la versión cinematográfica del musical de Broadway que protagoniza junto a Cinthia Erivo, un papel para el que lleva meses ensayando. Sin embargo, este fin de semana parece haberse tomado un descanso, pues se dejó caer por una fiesta en Londres junto a otras celebrities, donde aprovechó para lucir su radical cambio de look.
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El evento contaba con Michelle Yeoh, la ganadora del Oscar a mejor actriz por la galardonada película Todo a la vez en todas partes. Para celebrar el logro de su estatuilla, la actriz organizó una velada exclusiva con invitadas como Naomi Campbell, Anya Taylor-Joy y, por su puesto, Ariana Grande. Sabíamos que esta última se había vuelto a pasar al rubio (ya lo llevó precisamente hace tres años) gracias a las imágenes que ha ido compartiendo en redes sociales, donde se podía apreciar de manera sutil este cambio. Pero ha sido gracias a su posado con Yeoh que hemos podido comprobar los detalles de su nuevo look: ha apostado todo a un rubio uniforme, tiñendo incluso sus cejas en el mismo tono.
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Y parece que veremos a la cantante con esta coloración durante un buen tiempo, pues todo apunta a que esta transformación se debe al personaje que interpreta en Wicked, con el que debutará en la gran pantalla. Ariana se meterá en la piel de Glinda, la Bruja buena del Sur, que en la trama original siempre ha llevado el cabello rubio. Antes de la fiesta posaba junto a su compañera Cinthia Erivo en unas imágenes promocionales de la cinta, donde hemos podido verla con un espectacular vestido estampado. Una pieza vintage con la que ha rendido un pequeño homenaje a Vivienne Westwood, la fallecida diseñadora cuyas creaciones suelen formar parte de su armario.
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Se trata de un vestido midi de inspiración pin-up con escote corazón que apareció por primera vez en el año 2010 sobre la pasarela. Pertenece a la colección ready to wear que lanzó entonces la firma británica, un vestido entallado en la cintura, con bolsillos y un cinturón, accesorio del que Ariana ha preferido prescindir. Aconsejada por su estilista Mimi Cuttrell, ha incorporado unas maxiplataformas de Angrea Wazen y otro elemento de lo más especial, pues los guantes blancos que lleva son también una pieza de archivo creada en 1950 por Dior.