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"Balenciaga es un couturier en el verdadero sentido de la palabra. Solo él es capaz de cortar los tejidos, montarlos y coserlos a mano. Los demás somos simples diseñadores." Quizá esta frase pronunciada por Coco Chanel sea la que mejor define la figura del gran genio de la moda, al que ahora se le rinde homenaje con una serie dividida en seis capítulos y que se podrá ver próximamente en Disney+. Cristóbal Balenciaga (Guetaria,1895 - Xàbia, Alicante, 1972) creció entre telares y patrones gracias a su madre, costurera en un taller de la ciudad, y con el tiempo, pasó de ser el aprendiz a ser un maestro. Todo hasta que un día, la casualidad y un poco de suerte también, hicieron que Blanca Carrillo de Albornoz, marquesa de Casa Torres, se fijara en él y le ayudara a convertirse en leyenda de la moda.
© Getty ImagesElla fue quien le pidió su primer encargo, y dado que Cristóbal Balenciaga lo hizo con tal precisión, la marquesa decidió financiar su carrera en algunos de los establecimientos más prestigiosos de San Sebastián. Por aquel entonces, la capital guipuzcoana se había convertido en uno de los destinos vacacionales preferidos de la aristocracia española y europea, y esto le brindó al joven modista, no solo la oportunidad de que muchas de ellas lucieran sus diseños, sino la ocasión de abrir su primer taller en 1917. Años más tarde, Cristóbal Balenciaga (para el que ya trabajaban 71 empleados) registró su firma y la diversificó creando EISA Costura, su segundo taller y un homenaje al apellido de su madre, Eizaguirre. Su éxito fue tal, que en 1924 se decidió a abrir varias casas en San Sebastián, Madrid y Barcelona.
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La cumbre del éxito parisino
Sin embargo, con la llegada de la Guerra Civil Española, Cristóbal Balenciaga, decidió marcharse a París y dejar EISA Costura abierto solamente en su provincia natal. Así, tras más de 20 años en los que ya se había consolidado como creador, dio el salto a la Alta Costura parisina con la inauguración de su primera tienda y colección, presentada en 1937. Sus piezas destacaron desde el primer momento gracias a su sobriedad e impecable corte, a lo que se unía su audacia combinando colores. No había que ser modelo para ponerse un Balenciaga, porque tal y como reconocía el modista, "una mujer no tiene la necesidad de ser perfecta ni hermosa para llevar mis vestidos, el vestido lo hará por ella".
Durante estos años, incluida la década de los 40, Balenciaga llenó sus creaciones de bordados y volúmenes, algo que marcaría cada uno de sus diseños hasta el día en que se retiró. Su etapa en París le permitió vestir a lo más alto de la sociedad, llegando a convertirse en el modisto con los precios más exclusivos de la época. Su clientela, todas mujeres cosmopolitas y de elevado nivel adquisitivo, adoraban sus diseños basados en la comodidad de la mujer, la pureza de las líneas y la reinterpretación de la tradición española.
© @cristobalbalenciagamuseoaHitos de la moda occidental
Toda la moda que tenemos hoy en día se inspira, en mayor o menor medida, en los diseños de Cristóbal Balenciaga. Su preocupación por la silueta hizo que a mediados de los años 50, creara sus propuestas más innovadoras, esas que más tarde, han sido reproducidas y versionadas por el resto de diseñadores. El traje túnica, la línea saco o el vestido baby doll, son solo algunas de sus piezas más conocidas. Además, gracias a él y a las prácticas en su taller, modistas como André Courrèges, Emanuel Ungaro o Hubert de Givenchy (quien acabaría siendo uno de sus mejores amigos), pudieron aprender el gran oficio de la Alta Costura. Balenciaga puso toda la industria a sus pies y el reconocimiento de grandes diseñadores como Christian Dior, quien admitió que "con los tejidos, nosotros hacemos lo que podemos. Balenciaga hace lo que quiere", no dejó de sucederse.
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Sin embargo, a mediados del siglo XX, la Alta Costura empezó a perder peso en favor del prêt-à-porter, ya que esta técnica era mucho menos costosa. "La manera de vivir que permite la existencia de la Alta Costura no existe ya: la Alta Costura es un lujo que resulta imposible en nuestra época", declaró. Él nunca quiso sumarse a este estilo de creación rápida, sin exclusividad y de hecho, el unico diseño a camino entre la Alta Costura y el prêt-à-porter, fueron los uniformes que confeccionó para Air France. Después, en 1968 decidió retirarse y se marchó de nuevo a España, cerrando definitivamente todos sus talleres en París, Madrid, Barcelona y San Sebastián. Su último gran trabajo fue en 1972, cuando creó el vestido de novia de Carmen Martinez-Bordiú.
Un merecido homenaje en forma de serie
Aunque la admiración por el maestro de la moda siempre ha estado presente y se han intentado hacer varios proyectos cinematográficos inspirados en él, esta es la única serie que, de momento, refleja la vida y la obra de Cristóbal Balenciaga. El encargado de ponerse en la piel del modista, es Alberto San Juán, que bajo las órdenes del director José Mari Goenaga, intentará retratar su forma de ver el mundo y su concentración e irritación a la hora de crear sus trajes. La serie, que se presentó en la pasada edición del Festival de cine de San Sebastián, está causando mucha expectación a pesar de que Disney+, la plataforma en streaming donde se emitirá, no ha confirmado aún su fecha de estreno.
© @disneypluses
