Carlota Casiraghi regresaba el pasado año a las celebraciones por el Día Nacional de Mónaco tras tres años de ausencia. Y este sábado hemos podido verla de nuevo junto a su familia saludando desde los balcones y en el patio del Palacio, donde han tenido lugar varios actos oficiales. Para la ocasión, la nieta de Grace Kelly ha sido fiel a su estilo y a su marca de cabecera, apostando por un vestido de tweed de Chanel (su tejido favorito) que, junto a los complementos que ha escogido, se va a convertir en la mejor inspiración para las invitadas de invierno.
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El poder del tweed
Como pieza protagonista del look Carlota ha escogido un vestido-abrigo (la prenda favorita de Kate Middleton, aunque en un estilo completamente diferente) de largo justo por encima de las rodillas. Confeccionado en un tejido de tweed con estampado de cuadros gris y rosa, la prenda presenta un cierre central con botones combinados y adornos de brillantes con la forma del logo de Chanel, hombreras marcadas y cuatro bolsillos planos, dos en la cintura y dos en la cadera. Un diseño de aire clásico cuya elegancia se veía reforzada por el tejido que, sin embargo, la hija de Carolina de Mónaco ha sabido actualizar gracias a los complementos.
El poder de los complementos
A los pies, Carlota ha llevado unas merceditas de tacón en color beis con puntera negra a contraste que mantenían ese aire clásico del look. Sin embargo, el bolso ha añadido el toque más actual y de tendencia. Se trata de una pieza de color negro repleta de pedrería y lo que parecen lentejuelas (una de las tendencias clave de la temporada) con asa larga de cadena para llevarlo a modo de bandolera. Uno de esos básicos capaz de encajar en todo tipo de ocasiones, elevar tus looks y transformar tus básicos.
El toque final para la invitada perfecta
Ante la ausencia de pendientes y joyas, como toque final Carlota ha incorporado un tocado de red negro que cubre la mitad de su rostro y remata su peinado, un sencillo moño bajo, adaptándolo a un estilismo de invitada. De hecho, los tocados son más adecuados en ceremonias de día, al igual que los vestidos cortos, si bien los casquetes y las diademas están permitidos en bodas de tarde.