El pasado lunes dio por finalizada oficialmente la llamada Operación Londres tras el fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra, doce días de celebraciones y actos para conmemorar la vida de la que reinó siete décadas. Una inolvidable narrativa que ha terminando protagonizando películas, series y documentales, y ahora desfiles. Tras conocer la muerte de la monarca la pasada tarde del 8 de septiembre, el Consejo Británico de la Moda decidió retrasar el calendario de la Fashion Week de Londres prevista para iniciar varias horas después de la noticia. Por esta razón las marcas han reajustado la fecha de sus pasarelas, como ha sido el caso de Richard Quinn, quien ha sorprendido con un homenaje.
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Mientras todos los asistentes esperaban impacientes la apertura del evento que concluía la jornada más inusual de la historia, nadie podría imaginar que el modista estaba en el backstage ultimando los últimos detalles con los que rendiría tributo a la Reina de las reinas. Al son de la melodía Song to the Siren de Tim Buckley y proyectando en las pantallas imágenes de archivo de la coronación que tuvo lugar en el verano del año 1953, han comenzado aparecer las modelos paseando por la larguísima moqueta oscura y enfundadas en recargados estilismos y complementos con una clara y nostálgica inspiración.
¿Qué guiños históricos esconde su reciente línea?
No han sido un par de looks con los que ha abierto el desfile de la línea primavera-verano 2023, sino un total de 22 conjuntos en color negro de los pies a la cabeza que resumen románticos guiños a los estilismos más populares y anecdóticos que ha lucido a lo largo de su vida. Desde los clásicos pañuelos sobre la cabeza que llevaba en sus días de descanso en el castillo de Balmoral, a las diversas coronas y tiaras de su colección personal, los divertidos sombreros con apliques a juego, e incluso una versión actualizada de su carísimo traje nupcial de Alta Costura diseñado hace décadas por Norman Hartnell.
Ha sido su muestra más personal de cariño y afecto para la persona que le otorgó el título que le alzó más aún al éxito. No todos los diseñadores han tenido la suerte de ser galardonados con el primer premio Queen Elizabeth II Award for British Design. Sí, ese impulsado por la Casa Real británica que Quinn recibió de las mismísima manos de Su Majestad en 2018. Fue aquella única ocasión en la que la royal acudió a ver un desfile en primera fila junto a la célebre editora de moda Anna Wintour, y ahora como muestra de agradecimiento eterno, el que fue becario de Dior durante la etapa de estudios, ha querido hacerla de nuevo partícipe en su último trabajo.
Aunque pueda parecer un detalle, o más bien una inspiración, que no tiene nada que ver con el sector, hay que viajar varios siglos atrás, cuando eran las reinas y princesas europeas las que movían los hilos de la moda marcando tendencia con sus lujosas vestimentas. La reina Victoria Eugenia popularizó los vestidos blancos para novias e ir de negro como muestra de luto, la conocidoa reina María Antonieta sus extravagantes trajes y pelucas de gran altura, y ahora Lilibeth también será recordada por su aportación a la industria.