Icono y sabiduría, así podríamos definir a la que fue la reina de Inglaterra durante setenta años, superando crisis políticas, familiares y marcando una importante era que quedarán grabada en los libros de historia. Siete décadas que han dado para mucho, incluso en cuanto a términos moda. A diferencia de su hermana, la princesa Margarita, Isabel II de Inglaterra fue una mujer que apostaba por la sencillez y la sobriedad en sus estilismos, incluso hasta en sus últimos días en el castillo de Balmoral en Escocia. Ella no seguía las modas que dictaban los diseñadores sobre la pasarela, más bien todos se inspiraban en su guardarropa. Entre sus piezas ya legendarias recordamos los amados zapatos de un par de centímetros de tacón de Anello & Davide -¡llevó el mismo modelo durante años!- y su bolso negro de mano de la casa Launier con el que comunicaba a su equipo los movimientos que debían hacer. Y en todos los looks que llevó desde que se convirtió en monarca con tan solo 26 años, ocultaba un especial secreto que te desvelaremos.
- Del traje de novia al de su coronación: los looks más icónicos de Isabel II
Naranja neón
Tan solo una vez acudió a la Semana de la Moda de Londres junto a la famosa editora Anna Wintour para hacer entrega del premio Queen Elizabeth II for British Desing al diseñador Richard Quinn, un hecho que marcó para siempre esta importante semana para la industria. E incluso en esa ocasión, hizo uso de una técnica de estilo que esconde un importante secreto que hoy te desvelamos. Es cierto que desde que alcanzó el trono británico en 1956, no varíaba demasiado en sus conjuntos, llevaba faldas o vestidos por debajo de la rodilla combinados con chaqueta o abrigo de tweed diseñados especialmente para ella. Pero cuando abandonaba las estancias de su hogar para acudir a algún acto oficial, dejaba a un lado los looks clásicos y se enfundaba en prendas bañadas de colores vibrantes como el amarillo, rosa, naranja, verde, azul e incluso morado, ¡normal que llamara la atención por donde pasara!
Rosa pastel
Pero todo esto tiene un importante motivo que para nada pasa desapercibido antes los ojos de los expertos, porque aunque no lo creas no era mera casualidad o cuestión de gusto. Sabemos por qué Lilibeth adoraba ir monocolor de pies a cabeza, por una razón muy sencilla: la seguridad. Así es, de esta manera la que ha sido la monarca más longeva del país siempre podría estar localizada de forma rápida y eficaz por su gran equipo de seguridad para protegerla de cualquier incidente inesperado fuera de casa.
Amarillo cítrico
Una peculiar e interesante técnica que no afectaba a su mencionado bolso y calzado que le han acompañado hasta sus últimos minutos, pero sí a sus divertidos tocados y sombreros. Accesorios adornados de forma artesanal y minuciosa con flores reales y apliques como preciosas plumas que solía llevar en sintonía con el atuendo que eligiese ese día. ¿Y cuando llovía qué hacía? Sí, la elección de su paraguas también estaba hecha de forma consciente. Desde 1993 siempre ha optado por el mismo diseño, un paraguas transparente de la marca Fulton con la franja del mismo tono que el look para seguir con la misma idea, ser vista desde cualquier ángulo.
Azul y negro
No importaba la estación del año, ella siempre era fiel a si misma gracias a su estilista, Angela Kelly, con quien trabajó durante más de dos décadas. Aunque no variaba demasiado, sí que encontramos claros guiños a los grandes diseñadores de la industria, como en este caso la brillante combinación del azul y el negro en su abrigo de tweed, una propuesta que popularizó Yves Saint Laurent en la época de los setenta y que en más de una ocasión Isabel lo llevó, ¡incluso a conjunto con guantes y sombrero!
Azul real
Si su colección de joyas es un auténtico tesoro que ha pasado de generación en generación, el guardarropa tampoco se queda atrás. Pero no solo se viste así para estar vigilada en todo momento, en el documental La Reina a los 90, su nuera la condesa Sofía de Wessex comentó: “No olvides que cuando aparece en algún lugar, las multitudes son dos, tres, cuatro, diez, quince veces mayores, y quien va a verla quiere poder decir que vio un poco del sombrero de la reina cuando pasó. Necesita destacar para que la gente pueda decir 'vi a la reina'.
Verde lima
La reina de Inglaterra no tenía miedo a apostar por estos tonos tan protagonistas, tampoco se solía guiar por la técnica de la colometría para saber cuáles favorecían a su subtono de piel, si era cálido, frío, primavera o verano, ¡no lo necesitaba! Como mencionábamos anteriormente la moda jugaba un papel muy importante en su vida, ¡sus looks eran una decisión premeditada y calculada con bastante tiempo!
Púrpura
Una inesperada estrategia que resulta muy novedosa entre los expertos del sector, y aunque la ha hecho suya aproximadamente desde que se alzó con la corona hace más de setenta años, es la única royal que por ahora conozcamos a ciencia cierta que ha convertido vestir de arcoíris en pura tendencia puntera entre los jóvenes.
Rojo pasión
Es cierto que Diana de Gales es todo un icono, pero ella también lo fue. No había ocasión que no nos quedáramos observando con detalle su atuendo, siempre con la misma silueta atemporal con hombros marcados y abrigos de corte midi que consolidó, ¿veremos algún guiño en su honor subido en las pasarelas en las próximas Semanas de la Moda?
Menta
El protocolo de vestimenta de la Familia Real Británica es uno de los más estrictos de la actualidad. La eterna Lady Di se lo saltó cuando se divorció enfundada en el famoso "vestido de la venganza", Meghan Markle apareció con una manicura oscura... Pero Lilibeth jamás lo rompió en sus más de sesenta años de reinado, más bien pasó a ser el referente perfecto en el que todos debían reflejarse.
Fucsia
Una vez conocida la divertida herramienta mediática, la de jugar con la moda para esta protegida ante cualquier caso de ataque, ¡incluso ha protagonizado un libro! Our rainbow queen más bien es un coffee table book, un análisis fotográfico de su estilo monocromático firmado por la periodista galesa Sali Hughes. Siempre te recordaremos, querida Lilibeth.