¿Te imaginas llegar a una fiesta en la que todas llevan sus mejores galas y tú apareces vestida con vaqueros y chanclas? Este momento incómodo que tantas ocasiones hemos presenciado en las películas, es precisamente el que experimentaron este fin de semana las integrantes de Blackpink. El grupo surcoreano se trasladó hasta Nueva York para asistir a la gala de los premios MTV Video Music Awards, ocasión que ha supuesto su regreso a los escenarios. Y es que no solo se llevaron a casa dos premios, sino que además deleitaron al público con una aclamada actuación en la que presentaron su último tema, Pink Venom. Momentos antes de la gala posaban así ante las cámaras, luciendo conjuntos negros de Saint Laurent, Chanel, Christian Dior y Celine, firmas de las que Rosé, Jennie, Jisoo y Lisa son, respectivamente, embajadoras. Un despliegue de estilo con el que supieron darle una vuelta a lo clásico, demostrando que el negro también puede ser un acierto.
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Hasta ahí todo correcto. La noche transcurrió entre música, recogida de galardones y selfies con diferentes artistas. Pero la anécdota vino después: tras la ceremonia de premios, las celebrities se marcharon para cambiarse de ropa y adecuar su segundo look de la noche a la fiesta que el sello discográfico Republic Record celebraba después. Un evento en el que, al parecer, la etiqueta no estuvo del todo clara. Cantantes como Taylor Swift apostaron por lo sofisticado, luciendo un mono satinado de Moschino con abrigo de pelo. Sabrina Carpenter se puso un minivestido con plataformas de Valentino... Pero, ¿y las chicas de Blackpink?
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Mientras que Lisa y Jisoo me marcharon a descansar, las cámaras captaron a Jennie y Rosé regresando a la after party con dos conjuntos totalmente inesperados. Una imagen en la que podemos ver a la primera con mallas de ciclista, sudadera y chanclas, y a la segunda con camiseta oversize, vaqueros y zapatillas deportivas. La instantánea se ha viralizado en redes sociales, donde sus fans comentan con humor lo confusas que parecen: "Su estilo es único", aseguran. Según explican sus seguidores, Jennie decidió marcharse tras ver lo poco que encajaba su conjunto en la fiesta. Sin embargo, Rosé decidió entrar por su cuenta sin importarle el qué dirán.
La cantante apostó por la comodidad con unos tejanos rectos oscuros y una camiseta ancha estampada de estilo gótico que combinó con unas zapatillas blancas. Un atuendo que, aunque poco tenía que ver con el de el resto de asitentes, no supuso un impedimento para que la joven disfrutase del resto de la noche e hiciese amistades. Y es que después pudimos verla posar de lo más sonriente junto a estrellas como Sabrina y Taylor, Nicki Minaj o el famoso productor Max Martin. En cualquier caso, parece que Rosé disfrutó de la velada y, al final, nos dio una elección de cómo salir airosas en este tipo de situaciones.