Las botas de pelo, más conocidas como botas yeti en alusión al hombre de las nieves del Himalaya, son tendencia. O al menos, una apuesta prometedora de convertirse en éxito de estilo, para disgusto de sus detractactoras, que no son pocas. Este tipo de diseños forman parte de esas tendencias que, como puede ocurrir con los leggings o los zapatos de plataforma, dividen a quienes prometen nunca rendirse a esta apuesta extravagente y quienes abrazan estas creaciones como el soplo de aire fresco que necesitan sus armarios. Si bien hoy en día categorizar por tendencias puede haber perdido su sentido, debido a la sucesión frenética de novedades que proporcionan las marcas (cuando todo es tendencia, nada es tendencia), las botas de pelo sí podrían definirse como una novedad llamativa. Una novedad aprobada por la pasarela, el Street Style y Zara, los tres escenarios que definen, en teoría, la acogida buena o mala de una tendencia.
¿Dónde vimos por primera vez las botas de pelo esta temporada? La tendencia empezó a tomar forma en el desfile de Miu Miu. En su colección para este Otoño-invierno, la firma capitaneada por Miuccia Prada se desmarcó de la pasarela tradicional y se adaptó a las exigencias sanitarias de la pandemia presentando sus novedades en las montañas nevadas de Cortina d’Ampezzo, en plenos Alpes Dolomitas. El calzado protagonista de muchos de los looks de las modelos fueron las botas yeti, un diseño que la marca italiana reinterpretó alargando la caña de la bota hasta la altura de la rodilla. Chanel, en su desfile para la presente temporada, también hizo un guiño evidente a las que prometen ser las botas más calentitas del armario. Viriginie Viard, directora creativa de la maison, redifinió las prendas de inspiración alpina, conjugando jerséis de lana con motivos geométricos estampados junto a sofisticadas faldas de punto. Las botas de pelo, en color blanco y negro, y más discretas de las que vimos en Miu Miu, refuerzan la estética après-ski del estilismo.
Antes que Miu Miu o Chanel, Saint Laurent trató de recuperar esta controvertida tendencia. En su desfile Primavera-verano 2018, propuso la versión más festiva de las botas de pelo con una serie de diseños de tacón con exterior de efecto furry, sin embargo no llegó a tener una gran repercusión más allá de la pasarela, aunque incluso Rihanna se rindió a este calzado peludo. En el invierno de 2021, sin embargo, no sería de extrañar que las botas yeti conquistaran las calles. Ahora que Zara ha incluido entre sus novedades dos modelos diferentes de botas de pelo (ambos planos, en tonos marrones y a un precio que varía desde los 69 hasta los 100 euros), solo es cuestión de tiempo comprobar si la tendencia se impone finalmente en los armarios.
Versión discreta: las botas 'astronauta'
Junto con las botas yeti, destacan también las botas astronauta o moon boots. Aunque son muy diferentes, ambos diseños presentan algunas similitudes más allá de su marcada estética invernal, por ejemplo el ancho de su horma y la amplitud de la caña del zapato. Por eso, al hablar de tendencias en materia de calzado, las dos botas van de la mano. Tanto Chanel como Miu Miu, han incluido también creaciones de este estilo junto a las menciones botas yeti. Merece la pena destacar también la colaboración de Chloé con la marca Moon Boot, especializada en este tipo de calzado pra nieve. Las botas astronauta, un término muy descriptivo, también se asemejan a las botas de snowboard, de hecho aunque algunos diseños más especiales presentan un acabado acolchado, muchos otros tienen un exterior rígido. El modelo propuesto por Gabriella Hearst para Chloé combina goma con detalles de punto.
No es casualidad que las botas yeti y las botas astronauta hayan irrumpido como tendencia inesperada este año. La estética años 2000 que domina la pasarela a través de faldas minúsculas y pantalones de tiro bajo, también tiene mucho que ver con este calzado. Basta con echar un vistazo a los looks de calle de algunas celebridades de aquellos años para comprobar que, igual que sucede con las populares botas de borreguito, las botas yeti y los diseños de inspiración astronauta disfrutaban hace más de una década de una muy buena acogida, llegando a colarse en armarios de iconos tan dispares como Paris Hilton o Snooki.