La última edición de la mediática Gala MET, considerada uno de los eventos más importantes de la industria de la moda, nos ha regalado estilismos inolvidables. Desde la atrevida propuesta cowboy de Jennifer López al glamuroso traje de la modelo Kaia Gerber inspirado en un vestido de Christian Dior de finales de los años setenta. Y entre todos los looks que se pasearon por las famosas escaleras del Museo Metropolitano de Nueva York, hubo uno en especial que acaparó la atención por ser totalmente inesperado y con el que Kim Kardashian hizo historia demostrando hasta dónde puede llegar la temática de la cita.
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La empresaria se enfundó en un conjunto negro de Balenciaga, diseñado por su amigo Demna Gvasalia y director creativo de la maison, quien la acompañó en esta ocasión. La celebrity se enfundó en una sencilla pieza que se ciñó, literalmente, a su inconfundible silueta. A priori sus fans y los amantes de la moda no encontraron la referencia clara con la temática de esta edición, In America: A Lexicon of Fashion, hasta que la propia Kim lo explicó en sus redes sociales con una simple frase "¿Qué hay más americano que una camiseta de pies a cabeza?". Este hecho dio mucho que hablar en el globo terráqueo, y entre los momentos más divertidos de la noche, protagonizó uno muy espontáneo con su hermana Kendall Jenner que capturaron los paparazzi.
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Como era de esperar... ¡la hermana mayor del clan Kardashian-Jenner no podía ver casi nada con su look! Kendall, la otra protagonista de uno de los instantes anecdóticos de la gala, llegó ataviada con un diseño naked con apliques joya de la casa Givenchy inspirado en uno que llevó Audrey Hepburn en la película My Fair Lady. La modelo, que se postuló como una de las invitadas más sofisticadas de la cita, llamó a Kim por su nombre antes de pasar por el photocall para posar en las escaleras, pero... ¡ésta no podía reconocer quien decía su nombre! Así lo ha explicado la propia celebrity a sus seguidores: "Kendall estaba llamándome, pero no podía ver quién era hasta que vi el contorno de su vestido brillante". Este sencillo pero crucial detalle estilístico la salvó, y entre risas familiares convirtieron un momento complicado en uno de los más animados de la velada.