La reunión de Friends, el regreso de Sexo en Nuevo York, lanueva versión de Gossip Girl... La nostalgia televisiva, que en nuestro país se ha materializado con capítulos especiales de Física o Química o Los Hombres de Paco, ha alcanzado su punto álgido en los últimos tiempos. Cuando los estrenos de cine se daban con cuenta gotas, títulos de culto como In the mood for love, repuesto 20 años después, consiguieron atraer algo de público a las salas el pasado año. Siguiendo la misma estrategia, el próximo 1 de julio tendrá lugar el 20 aniversario de Amélie (Jean-Pierre Jeunet), la excusa ideal para celebrarlo es con el reestreno de la emblemática película francesa en cines. Es decir, regresa un film que marcó una época y que convirtió al personaje interpretado por Audrey Tautou en un icono a la altura de Holly Golightly (Audrey Hepburn) en Desayuno con Diamantes.
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Desde el momento de su estreno, Amélie fue un éxito de público y buena parte de la crítica se rindió a la que fue la película más taquillera de Francia en aquellos años, si bien algunas voces la tacharon de perpetuar ciertos estereotipos de la vida parisina. La cinta estuvo nominada en cinco categorías en los premios Oscar y obtuvo 5 galardones en los César, incluyendo el de Mejor Película. Dos décadas después, se ha convertido en un título emblemático que obsesiona a los estetas amantes de las películas de fotografía impecable. Basta con escuchar unos acordes de la banda sonora, ideada por Yann Tiersen, para recordar de inmediato a la joven parisina de ojos redondos, pelo corto y rostro aniñado.
Tres colores que definen el universo de Amélie
El vestuario y la ambientación está dominada por una paleta cromática muy concreta y reconocible, el verde y el rojo (dos tonalidades opuestas en el círculo cromático), se conjugan constantemente reforzando esa sensación de universo único en el que habita Amélie. En el plano visual, el amarillo ocre, similar al color desvaído de las fotos antiguas, también tiñe la pantalla. Desde el cartel de la película, hasta los famosos gnomos, pasando por el interior del restaurante Deux Molins de Montmatre donde trabaja la protagonista, la presencia de esos colores acompaña al espectador durante toda la película. Esta repetición sistemática ha dado pie a multitud de interpretaciones, que apuntan a la llamada psicología del color para destacar los diferentes rasgos del carácter de la protagonista. El verde, por un lado, representa la esperanza, el balance. El amarillo siempre ha estado relacionado con la felicidad y la alegría, mientras que el rojo expresa energía y pasión.
Por supuesto, el armario de Amélie también se construye en base a este trío cromático. La diseñadora de vestuario Madeline Fontaine, figurinista de títulos como Jackie (el film dirigido por Pablo Larraín y protagonizado por Natalie Portman) o Yves Saint Laurent (de Jalil Lespert), dinamitó el tradicional estilo parisino vistiendo a la protagonista con unos zapatos de Dr. Martens con calcetines (sí, los mismos que a día de hoy lleva Bella Hadid como epítome de lo cool). El personaje de Amélie no refleja ningún interés por la moda, se viste para su día a día y, da la impresión, que no presta demasiada atención a su aspecto, muchas prendas parecen excesivamente anchas para el cuerpo de la protagonista, un signo más del desinterés de Amélie por un vestuario que, sin embargo, convenció a muchas amantes de la película de cambiar los vaqueros por la falda midi y los botines por zapatos Dr. Martens.
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Cuando vestir con ropa de segunda mano todavía no era una práctica habitual para el gran público, el personaje de Audrey Tautou puso de moda los vestidos de inspiración vintage o directamente vintage, sacados del fondo de algún armario olvidado. Americanas sobrias que parecen extraídas de un burro escondido en una tienda de segunda mano, conviven con chaquetas caladas en color rojo o cárdigans entallados que hoy en día enloquecerían a iconos como Jeanne Damas. El efecto Amélie no solo se trasladó a la industria del cine y la televisión, con propuestas que bebían visualmente de la película, el corte de pelo de su protagonista también ha pasado a la historia. Igual que la imitadísima melena Rachel que Jennifer Aniston popularizó en los noventa, el bob de Audrey Tautou se ha convertido en un corte de pelo icónico. "Se trata de un corte bob, en el que lo más característico es ese flequillo corto. Un corte muy retro de clara inspiración años 20. Es un corte de pelo que habla mucho de la persona que lo lleva, y acompaña muy bien a mujeres especiales y con mucha personalidad", explica Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez acerca de este emblemático peinado. Pero el vestuario y esa mini melena infantil que parece subrayar el aparente candor de la protagonista, quedan empequeñecidos por la particular forma de ver el mundo de Amélie, empeñada en hacer la vida algo mejor a los demás, un mensaje que adquiere un nuevo significado en 2021. Quien sabe, quizá después de su reestreno, vuelva a convertirse en un éxito de taquilla.