Para fortuna de la gran mayoría, este año las tendencias se han aliado con la comodidad. Vaqueros anchos, prendas de punto, americanas oversized... Incluso las sandalias más sofisticadas incorporan detalles como tacón grueso o pulseras al tobillo que las hacen mucho más fáciles de llevar. Y con el buen tiempo, llega la prenda estrella de la temporada primavera/verano, el vestido, que ahora, no podía ser de otro modo, se decanta por las siluetas y los tejidos más combinables y cómodos y se lleva con zapatillas, mocasines y otros diseños planos. ¿La razón? Quedan genial, como prueba este primer look de vestido de punto y zapatillas.
'Slip dress' y sandalia pala
Aunque el lencero es uno de los vestidos más todoterreno que puedas imaginar -queda genial con zapatillas, de día, y con sandalias de tacón, de noche-, en verano es el momento de llevarlos con las sandalias planas más cómodas, las palas, especialmente si tu slip dress es largo. ¿Por qué? Al dejar el empeine descubierto casi por completo, parecerás más alta. Además, es una fórmula con la que podrías ir de la playa a una cena más especial.
Vestido naïf y mocasines
El contraste de estilos nunca falla, y femenino vs. masculino es una de las combinaciones más efectivas si lo que buscas es un look especial. Por eso te proponemos llevar un vestido de aire naïf o vintage -piensa en tonos rosas, encajes, cuellos bebé, flores- con unos mocasines, esos clásicos zapatos de inspiración masculina que están volviendo poco a poco. Eso sí, si no tiene tacón grueso o plataforma, elige un vestido corto que alargue visualmente tus piernas-
Vestido camisero y zapatillas clásicas
Si unas zapatillas se convierten en clásicas, es porque son tan fáciles de combinar y discretas como una americana negra, una camiseta blanca o unos vaqueros mom jeans. Converse Chuck Taylor All Star, Adidas Stan Smith, Nike Cortez... o incluso, más recientemente, Veja Camper o Golden Goose Superstar. Todas ellas cumplen esos requisitos, pero tienen algo más en común: son posiblemente las únicas opciones que imaginaríamos con un vestido camisero largo como el de la imagen.
Vestido satinado y botas militares
De nuevo, el contraste de estilo se convierte en fórmula de éxito, y, en este caso, es además la mejor excusa para seguir llevando tus botas favoritas una semanas más. La combinación de un vestido satinado elegante con unas combat boots es una de esas mezclas que proponemos siempre para reciclar tu look de invitada en cualquier ocasión por lo que no hay experta en moda que no la haya probado (y la mayoría, ¡han repetido!).
Vestido 'boho' y sandalias de gladiador
Otro de los modelos que no falta en el zapatero de las que más saben de moda son las sandalias de tiras de inspiración gladiador, diseños planos pero con el toque especial que aportan esas cintas rodeando el tobillo. Aunque quedan genial con pantalón corto o minifalda, si lo que buscas es comodidad, llévalas con un vestido largo, mejor si es estampado para conseguir un look muy bohemio.
Vestido de flores y zapatillas (lisas)
Terminamos con ese imprescindible de cada temporada, el vestido de flores. De nuevo, elegimos un diseño largo en pro de la comodidad, pero esta vez no optamos por sandalias, sino por zapatillas... blancas. El motivo está claro, ¿verdad? Aunque podríamos jugar al mix&match y optar por un calzado también estampado o que mezclara tonos, cuando no buscas riesgos sino acertar, combinar ropa estampada con otras piezas lisas es la mejor alternativa, eligiendo preferiblemente los mismos colores presentes en el vestido para el resto.