halstonportada© Collage: Beatriz Caballero/Fotos: Getty, Gtresonline, Netflix

¿Quién era Halston, el diseñador que reinó en 'Studio 54' y cuya vida ahora será una serie?

El 14 de mayo se estrena 'Halston', la nueva miniserie de Ryan Murphy para Netflix, donde se aborda la vida del diseñador americano más influyente de los setenta


13 de mayo de 2021 - 10:52 CEST

Roy Halston Frowick nació en Iowa en 1932, en una granja en mitad de la nada y en el seno de una familia tradicional. Las posibilidades de que se convirtiera en uno de los diseñadores norteamericanos más influyentes de su tiempo eran remotas, pero Halston lo consiguió, no solo se hizo un sitio en la industria, sino que la industria cayó rendida a sus pies. Su nombre, o más bien su apellido, se convirtió en sinónimo de estatus y situó la moda americana en el mapa. Ahora, Ryan Murphy (The Politician, Hollywood) recupera la figura del legendario diseñador en una miniserie que se estrenará en Netflix el 14 de mayo. El productor y showrunner, también nacido en el medio oeste americano, ha contado con Daniel Minahan como director y con Ewan McGregor como actor protagonista. El reparto de Halston lo completan Krysta Rodriguez, en la piel de Liza Minnelli, amiga íntima del diseñador o Rebecca Dayan como Elsa Peretti. El biopic abordará los años dorados de Halston y su estrepitosa caída en el olvido. De diseñar el sombrero pillbox que Jackie Kennedy lució en la ceremonia de investidura de su marido John F. Kennedy en 1961, a perder el dominio de su propia firma en apenas dos décadas, el úlitmo estreno de Netflix es la mejor excusa para descubir la vida de Halston, las luces y sombras de un diseñador que marcó una época.

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© Ewan McGregor como Halston /Netflix

Del 'pillbox' de Jackie Kennedy a los 'hot pants'

Igual que la legendaria Coco Chanel con su tienda en Rue Cambon, Roy Halston comenzó diseñando sombreros. En la década de los sesenta, y después de un paso fugaz por la Universidad de Indiana y el Instituto de Arte de Chicago, ya se había asentado en Nueva York y trabajaba en los exclusivos almacenes Bergdof Goodman. En 1961 su nombre empieza a cobrar fuerza al encargarse de confeccionar el sombrero que Jackie Kennedy llevó en la ceremonia de investidura de John F. Kennedy en enero de 1961. Se trataba de un diseño azul violáceo, a juego con el resto del vestuario de la primera dama, ideado por Oleg Cassini, su diseñador de cabecera. Un sombrero tipo pillbox (bautizado así por su parecido con las cajas para guardar pastillas), convertido en uno de los accesorios más representativos del copiado estilo de Jackie. Pero su ambición y visión innovadora hizo que el mundo de los sombreros se quedara pequeño para él y pronto abrió las puertas del ready to wear. Durante los efervescentes años sesenta, una época de grandes cambios sociales, Halston supo atisbar las nuevas necesidades de las mujeres en su entrada al mundo empresarial. "La mayor aportación del diseñador fue la redefinición del concepto de feminidad", explica Víctor Gimeno Traver, coordinador y docente del Área de Moda de la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE).

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En 1968 Halston abre su primera boutique y colabora, muy brevemente, con el reconocido Charles James, con quien acaba protagonizando uno de los feuds más sonados de la época. Los vestidos de Halston eran sencillos a simple vista pero escondían una gran complejidad técnica. A partir de una sola pieza de tejido era capaz de crear sofisticados diseños. La sensualidad femenina se construía sobre siluetas desestructuradas, relajadas, de aspecto liviano. También fue el creador de los denominados hot pants, unos pantalones cortos -muy cortos- que en aquellos años resultaban casi escandalosos. Además, como profundiza Gimeno, "contribuyó a la popularización del uso del ultrasuede [una tela sintética de microfibra] en 1971 y lo utilizó para la materialización de trajes, abrigos e incluso de su famoso y reconocible vestido camisero. Asimismo, puso de moda el suéter atado sobre los hombros, siendo adoptado por mujeres en todo el mundo. Otros diseños se convirtieron en seña del creador, como el vestido sin tirantes, el uso de los tejidos de cachemir, los caftanes, los escotes asimétricos y los vestidos con cuello halter" Este último, todo un símbolo de la casa Halston, y presente también en la ficción de Netflix.

El estilo Halston no solo se materializaba en sus diseños, sino que se vendía como un estilo de vida en sí mismo, tal y como se reflejaba en el interior de su boutique, decorada con multitud de espejos y sofás tapizados en rojo brillante. Víctor Hugo, quien fuera su pareja durante muchos años, también trabajaba en la firma e ideó, con el visto bueno de Halston, los escaparates más transgresores de todo Manhattan y, posiblemente del país entero.

© Fotograma de la miniserie de Netflix sobre Halston

Las mujeres 'Halston' en la era disco: Liza Minnelli, Pat Cleveland, Elsa Peretti...

El triunfo profesional de Halston fue de la mano de su ascenso social. Su círculo de amigos estaba nutrido por artistas como Andy Warhol (a quien conoció a través de Víctor Hugo), Elsa Peretti o Liza Minnelli, quien se convirtió en su musa. En el documental Halston, dirigido por Frédéric Tcheng y estrenado en 2019, Liza Minnelli explica cómo era vestir con los diseños del diseñador: "Su ropa baila contigo", sentencia la actriz. Halston trabajó codo con codo con los iconos de estilo que copaban portadas en las revistas de moda más prestigiosas. La estadounidense Marisa Berenson, Pat Cleveland o Iman, quien debutó como modelo en un show de Halston, se convirtieron en habituales en sus desfiles. La larga lista de clientas privadas de Halston, para las que confeccionaba ropa a medida, es de lo más heterogenea e incluye a damas de la alta sociedad, como Babe Paley, actrices como Lauren Hutton, Catherine Deneuve, Rachel Welch, mujeres de políticos de todo signo... Durante el día, Halston trabajaba sin descanso para mantenerse como el diseñador del momento pero por las noches, acompañado de su amplio grupo de amigos, la mítica discoteca de Studio 54 se convirtió en su segunda casa. Allí estuvo el día que Bianca Jagger celebró su cumpleaños a lomos de un caballo blanco en una fiesta que contribuyó a mitificar Studio 54 como el punto de encuentro de los amantes de los excesos.

© Getty Images / Liza Minnelli y Halston en Manhattan en 1974

Un viaje histórico a París

En 1973 Halston es invitado a París, junto con otros cinco diseñadores norteamericanos, entre los que se encontraba Oscar de la Renta, para dar a conocer sus diseños. Un hito histórico ya que la moda americana nunca había encontrado su sitio en Europa. Con una presentación donde coquetea con el concepto de desfile-espectáculo, Halston consigue situar a la moda americana en el mapa. Al show acude Liza Minnelli, que canta sobre la pasarela de Versalles, el gesto final para cautivar a la prensa.

En este mismo año, tiene lugar otro acontecimiento significativo, un movimiento empresarial que acarreó graves consecuencias para la compañía. También en 1973, Halston firma un trato con la compañía Norton Simon, a la que vende los derechos de su nombre y acuerdan lanzar un perfume. La modelo y diseñadora Elsa Peretti es la encargada de crear el frasco, que se convierte en objeto de deseo inmediato gracias a su minimalismo, el perfume transgrede todo lo conocido hasta aquel momento y se presenta sin reflejar siquiera el nombre de Halston. "La incorporación del nombre fue a través de una banda de papel que envolvía el cuello de la botella y se rompía y desaparecía, de forma poética, en su primer uso", puntualiza el experto Víctor Gimeno Traver. Además del perfume y el ready-to-wear, Halston amplió sus propuestas hasta casi el infinito con gafas de sol, maletas, mantas, corbatas... En 1976, fue el encargado de idear el uniforme de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, celebrados en Montreal. El creativo consiguió que hasta los deportistas de élite vistieran de Halston.

© Netflix

El principio del fin

A finales de los años setenta, la compañía se muda a la Olympic Tower, un sitio mucho más grande, que tenía lo que Halston buscaba, un lugar que reflejara un uso espectacular del espacio. Estaba repleto de espejos, adornado con orquideas y decorado con muebles de diseño. En la misma torre presentaba las colecciones en desfiles a los que no faltaba Diana Vreeland, ni artistas como Cher o Liza Minnelli ya que Halston también fue pionero a la hora de invitar a celebridades a los shows. Algunas personas cercanas al diseñador han explicado en varias entrevistas que este fue un punto de inflexión de la marca: "Cuando nos mudamos a la Olympic Tower se empezó a perder el control. Odiaba la Olympic Tower. Era como estar en El mago de Oz. Era muy frío", comentó la modelo Chris Royer al respecto, tal y como recoge la edición estadounidense de Vanity Fair en un artículo titulado The man who sold his name (El hombre que vendió su nombre).

Los años ochenta, el fin de la era disco y la llegada de la explosiva nueva década, coinciden con el ocaso de la compañía y del propio Halston. En 1980 viaja a China, junto a todo su equipo, en un inesperado viaje marcado por el complejo contexto histórico del gigante asiático. En una especie de world tour con una única parada se traslada allí con toda su "corte" como gran embajador de la moda americana, siempre vestido de negro y oculto bajo unas grandes gafas de sol. Dos años después, en 1982, Halston firma un contrato con JC Penney, una cadena de grandes almacenes, lo que suponía descender del pedestal de diseñador exclusivo y adentrarse en el ritmo frenético de crear colección tras colección. Esta maniobra de acercar la pasarela al gran público implicaba abaratar sus propuestas, muchos clientes dejaron de confiar en Halston, ¿si todos vestían su ropa, qué tenía de especial? El estacazo final llegó cuando Bergdof Goodman cancela su alianza con Halston, quien hasta entonces también vendía en la lujosa tienda multimarca. La prensa le da la espalda, intrigada también por los nuevos diseñadores jóvenes que empiezan a revitalizar de nuevo la moda norteamericana.

© Netflix

Halston pierde su nombre

En 1983, Esmark compra Norton Simon para decepción de Halston. Un directivo de la compañía, Carl Epstein, se convierte en un dolor de cabeza para el diseñador, al que intentan controlar sus gastos, muchas veces excesivos. Finalmente, en octubre de 1984, Halston es destituido como presidente de su propia empresa. Su nombre, ya sin poder sobre él, sigue utilizándose a día de hoy, en una marca olvidada para muchos. A la decandencia de la firma que fundó y encumbró se sumó el declive físico de Roy Halston Frowick, diagnosticado de VIH a finales de los ochenta. El modista pasó sus últimos días en San Franciso, cerca de su familia. Falleció el 26 de marzo de 1990, a los 57 años.

Durante este tiempo, parece que ha habido ciertos intentos fallidos de relanzar la marca, por completo desvinculada de su esencia original, como cuando se eligió a la actriz Sarah Jessica Parker como directora creativa del sello en 2010, un cargo que apenas ostentó durante un año. Quizá el legado más destacable del diseñador lo encontramos en otro compañero de profesión, Tom Ford, quien recuperó el brillo de Gucci cuando tomó las riendas creativas de la emblemática casa italiana en 1994. En su primer desfile, la estética Halston dominaba la pasarela a través de trajes de líneas depuradas, sensuales camisas satinadas, pantalones amplios de colores fríos... El creativo estadounidense conocía a Halston y sentía una profunda admiración por él y su forma de entender la moda. De hecho, tal y como ha reconocido el diseñador en una entrevista reciente publicada en Vogue.com, cuando se enteró que la casa de Halston en Manhattan estaba a la venta, supo que se tenía que hacer con ella: "Es una casa maravillosa, soy muy afortunado de tenerla, es increíble, me encanta".