coco chanel ok© Collage: Beatriz Caballero / Fotos: Getty, Imaxtree

50 años sin Coco Chanel: la asombrosa vida de la diseñadora que cambió el armario de la mujer

Con motivo del 50 aniversario del fallecimiento de la modista, repasamos las claves de su biografía y cómo su vida influyó en su forma de entender la moda


10 de enero de 2021 - 11:33 CET

Hace 50 años, un 10 de enero de 1971, fallecía Gabrielle Coco Chanel a los 88 años en la habitación del hotel Ritz de París, donde residía desde los años treinta. Medio siglo después de su muerte su nombre, o más bien su apellido, sigue siendo sinónimo de lujo y conocer la historia de la diseñadora es imprescindible para comprender su forma de entender la moda. La visión de Chanel sigue presente en la casa francesa, hoy en día capitaneada por Virginie Viard. El legado de Gabrielle se refleja de forma literal en todas las colecciones, donde no faltan los símbolos que forman parte del imaginario de la maison, como las perlas, las camelias o los trajes de tweed, por citar algunos ejemplos. Si hacemos un recorrido a lo largo de los desfiles de la era post-Coco, es posible ahondar en muchos aspectos de la biografía de la modista. Por ejemplo, el show de Alta Costura de la Primavera-verano 2020 recreó el hospicio donde Gabrielle vivió con sus hermanas tras la muerte de su madre en 1895. Un lugar que cambió su vida para siempre ya que fue allí donde aprendió a coser.

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© Getty Images

El convento de Aubazine y su primer oficio como costurera

Los orígenes humildes de Gabrielle encajan con el ideal de mujer hecha a sí misma, que logra triunfar gracias exclusivamente a su talento natural y un carisma al que muy pocos podían resistirse. A pesar de que la diseñadora romantizó su infancia, lo cierto es que no fueron unos años fáciles para ella y su familia. Nacida en 1883 en Saumur, Francia, con cinco hermanos y un padre vendedor ambulante que se ausentaba durante largas temporadas del hogar, la familia se divide tras la muerte en 1895 de la madre, Eugénie Jeanne Devolle, enferma de tuberculosis. Gabrielle es enviada a un orfanato junto a sus hermanas y nunca vuelve a ver a su padre, algo que influye en su vida adulta, ya que según señalan los historiadores de la moda, Chanel anheló sentirse amada durante toda su vida. Durante los doce años que vivió en el orfanato-convento de Aubazine aprendió a coser, estando muy influida por la estética austera que imperaba en aquel lugar, donde los uniformes se confeccionaban con el fin de ser prácticos, sin adornos superfluos. En algunas ocasiones, visitaba a sus tías, con quienes también se dedicaba a perfeccionar la costura. A los 17 años, tras su paso por un internado femenino, consigue su primer empleo como costurera en la ciudad de Moulins, pero ella ansiaba algo más elevado. A los 22, inmersa en el ambiente de la belle époque de París, se convierte en cantante de cabaret y es ahí donde cambia su nombre por Coco Chanel, alias artístico que mantendría toda su vida. Este sonoro nombre haría referencia a una de las canciones que Gabrielle interpretaba en el cabaret y que llevaba por título Qui qu’a vu Coco? (¿Quién ha visto a Coco?). En este momento, a comienzos del siglo XX, es cuando empieza su ascenso social, y la niña pobre empieza a relacionarse con algunas de las personas más influyentes de aquellos años.

El inicio en la tienda de sombreros de Rue Cambon

Su primer triunfo profesional llega con la apertura de su tienda de sombreros en 1909, ubicada en el número 21 de la parisina Rue Cambon y creada con la ayuda económica de su amante Etienne Balsan, rico heredero textil francés y persona clave en su vida, con quien logra introducirse en esferas inaccesibles para alguien de su estatus. Sus diseños presentan cierta estética masculina, se desprenden de lo superficial para reivindicar la simplicidad. La tienda es un éxito casi inmediato y su nombre empieza a ser conocido. En 1913 abre su segunda boutique, esta vez de ropa, con la primera colección femenina creada íntegramente por una mujer. El nuevo espacio, financiado por su amante Boy Chapel, se sitúa en la ciudad de Deauville, en la región de Normandia, donde la clase alta solía pasar sus vacaciones. Coco se opone al uso del corsé, su gran logro en la historia de la moda fue su contribución a la liberación femenina, promueve el uso del pantalón y confecciona sus diseños siguiendo líneas relajadas y cómodas. Además, su carácter innovador le lleva a experimentar con nuevos materiales y tejidos y presenta una serie de jerséis marineros confeccionados con el algodón que se empleaba para fabricar ropa interior masculina. La buena acogida de esta segunda tienda anima a Coco a abrir un tercer punto de venta, en Biarritz en 1915.

Esta tercera tienda también es un éxito pero el estallido de la Primera Guerra Mundial detiene el ascenso meteórico de Chanel. Con los hombres en el frente, las mujeres dan un paso hacia delante y abandonan el hogar para ir a trabajar a las fábricas, la sociedad está cambiando y con ello, también la indumentaria. "Muchas mujeres trabajaban durante la Primera Guerra Mundial, además de como enfermeras, como suplentes en fábricas de armamento y, aunque la reducción de las prendas femeninas era en parte fruto de la evolución de las costumbres y la sociedad, Chanel era consciente de que un mundo se acababa y otro iba a nacer. Ella fue consciente de la oportunidad y la aprovechó: 'Yo tenía la edad de aquel nuevo siglo: por lo tanto, él se dirigió a mí para expresarse en el vestir'", explica Carmen Trillo, Co-directora del Area de Moda en ESNE (Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología) y profesora de la asignatura Fundamentos del Diseño.

© Gtresonline

El 'minivestido negro' y otros éxitos eternos

Su vida social es inabarcable, entre su círculo de amigos hay personalidades de la talla de Pablo Picasso o Igor Stravinsky, con quien llegaría a mantener una relación romántica. También se la relacionó con el duque de Westminster, en aquellos años la persona más rica de Europa. Pero su gran desengaño amoroso no fue con ellos sino con el jugador de polo Arthur Capel (Boy Capel), quien renunció a casarse con ella debido a sus orígenes humildes. En 1913, el deportista contrae matrimonio con una aristócrata pero sigue viéndose con Coco tras la boda. Mantienen un romance hasta la muerte de Capel en 1919 en un accidente de tráfico, acontecimiento que derrumba a Coco.

La visionaria mente de Chanel no se limitaba al diseño, también al ámbito empresarial, sabía cómo hacer que la marca creciera. Además de la ropa, amplió sus propuestas con el perfume Chanel nº5, una fragancia que este 2021 cumple cien años. Creado por Ernest Beaux, el perfume se ha mantenido casi imperturbable desde su origen, tanto en su composición como en su reconocible frasco. En las colecciones de Chanel también había espacio para los complementos y muchas de las joyas que le regalaban sus amantes las transformaba para convertirlas en bisutería. Los collares de perlas o los broches son una constante de la marca incluso a día de hoy. Otro de sus hitos, además de popularizar el pantalón, es el minivestido negro, o petite robe noire, emblema de la casa francesa y una de esas creaciones que perdurarán por siempre. Consolidada como una de las diseñadoras más influyentes del momento y con su prestigio en alza, estalla la Segunda Guerra Mundial.

El regreso de Coco

En mayo de 1940, Coco cierra todas las tiendas excepto una de perfumes y con el objetivo de salvar su empresa se instala en el París ocupado por los nazis. Regresa al hotel Ritz, donde se hospeda y convive con algunos oficiales alemanes. En esos años inicia un romance con el diplomático alemán Hans Gunther von Dincklage. Acusada de ser una espía nazi, en agosto de 1944 es arrestada para ser puesta en libertad sin cargos unas horas después. Este episodio dañó la imagen pública de Coco, que abandonó Francia y se fue a vivir a Suiza durante varios años. En 1954, regresó a la capital francesa y se propuso presentar una colección por todo lo alto, la que sería la colección más importante de su vida. Este acontecimiento fue la inspiración del cortometraje The return (El retorno), dirigido por Karl Lagerfeld en 2013 y con la actriz Geraldine Chaplin como Coco. La ficción recrea esa colección de regreso, que solo fue bien acogida en Estados Unidos. Gracias a su voluntad de reinventarse, crea en esta década el traje de tweed, antítesis del new look que Christian Dior había ideado en 1947, y poco a poco vuelve a recibir el cariño de Francia. El icónico bolso 2.55 también surge en la década de los 50, apunta la experta de ESNE: "A día de hoy es ampliamente utilizado el bolso de bandolera, Chanel 2.55, diseñado en 1955 para que las mujeres de la alta sociedad pudieran sostener una copa de champán en un cocktail, el programa del teatro o un aperitivo sin tener que preocuparse de dónde dejaban el bolso". A partir de los años 60, cuando el mundo de la moda está dominado por couturiers masculinos, su prestigio empieza a restaurarse y se cuela en el armario de mujeres como Jackie Kennedy, quien vestía de Chanel en el funesto día de 1963 en que asesinaron a su marido.

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Muchas biografías destacan el carácter infeliz de Coco, provocadora nata y fumadora empedernida, como reflejan muchas imágenes en las que la diseñadora, con un cigarrillo en los labios, revisa sus diseños. Una mujer siempre rodeada de gente pero solitaria, sin familia próxima, que logró construir un imperio cuando tenía todo en contra por su posición social y su condición de mujer. Su influencia va más allá del mundo de la moda, llegando a ser considerada una de las personas más influyentes del siglo XX según la revista Time. Siempre activa, en sus últimos años, tomó morfina para hacer frente al dolor de la artrosis. Tras su muerte el 10 de enero de 1971, un español, Ramón Esparza, la sucede pero no es hasta los años ochenta, cuando la casa francesa consigue brillar de nuevo gracias al legendario Karl Lagerfeld, director creativo de la firma hasta su muerte en febrero de 2019. El modista alemán actualizó y reinventó las creaciones de Coco, convertidas en objeto de deseo y adaptadas a los nuevos tiempos. "La clienta actual es más moderna, más joven y con un sentido muy desarrollado de la moda; sin embargo, el mayor cambio se ha llevado a cabo en las tiendas, donde siempre hay nuevas colecciones. Chanel es la empresa de moda que más colecciones produce al año con un total de ocho, incluyendo seis de ready-to-wear, y cuyo ritmo le permite crear siempre nuevas ideas para ofrecer a sus clientes", concluye la profesora y experta en moda Carmen Trillo. Medio siglo después de su muerte, el legado de Coco Chanel no solo no ha desaparecido, sino que se refuerza temporada tras temporada gracias a la buena acogida que los diseños de la firma tiene entre las expertas más influyentes de la industria.