Los seguidores de una de las parejas más queridas y seguidas del panorama hollywoodense están de enhorabuena. Hace unos días saltó la noticia que sorprendió a una buena parte de ellos: Irina Shayk volvía a acercarse a Bradley Cooper. Más concretamente, se vió a la modelo salir de la casa que el actor tiene en Manhattan después de estar juntos varias horas. Lo que sucedió dentro, por supuesto, no lo sabemos, pero como la maniquí es toda una veterana en expresar su situación emocional a través de sus looks, puede que la respuesta de esa conversación la encontremos en sus últimos estilismos. Y no hablamos precisamente del total look de Burberry que lució la rusa el día que estuvo con su -por ahora- expareja, sino que nos referimos a la colorida apuesta que ha elegido para dar un paseo por la Gran Manzana.
Descansando momentáneamente de las pasarelas, la modelo se ha decantado por un vestido que no ha dejado indiferente a nadie. Y es que todo indica a que la gran tendencia del momento se basa en reutilizar vestidos de noche con zapato cómodo. De este modo, el diseño se caracteriza por ser de corte mini, tirantes, ajustado a su esbelta figura, rojo pasión (uno de los colores que más potencian sus facciones y que se ponía reiteradamente cuando estaba con el estadounidense) y firmado por Velvet by Graham & Spencer. Aunque está claro que las opciones para combinarlo son prácticamente infinitas, la maniquí, que suele ser fiel a su estilo sencillo con toques rock, lo ha completado con unos botines militares de Dr. Martens, una chaqueta corta de Chrome Hearts con unos labios bordados en el lado izquierdo de la solapa y estampado de cuadros, un bolso XS, unas gafas rectangulares de color negro y dos collares, uno con una cruz colgando y el otro con la inicial "M" grabada.
De esta manera se confirman todas nuestras teorías: el corazón de Irina se encuentra en un buen momento. Y lo decimos con certeza, ya que después de analizar los looks de la modelo desde tiempos inmemoriales, podemos afirmar que su armario ha dado un giro de 180 grados. Lo que empezó hace un año (nada más confirmar la ruptura con el actor) con looks minimalistas, sencillos, sobrios, de colores lisos y sin ningún tipo de detalle, terminó con prendas sensuales, estampadas y de tonalidad vibrantes, siendo el rojo la viva imagen de la pasión, atracción, fuerza y valentía. Un detalle un tanto peculiar, ya que por lo general, se asocia siempre a lo romántico y a la simbolización del amor.
Y si a esto le sumamos que hace unos días compartió una fotografía a través de sus redes sociales en la que aparecía con una blusa en tonos verdes y un collar de esmeraldas, un color que induce a la buena suerte, a la esperanza y a la estabilidad emocional, solo nos queda preguntarnos una cosa: ¿serán estos dos colores una manera sutil de dar a entender que su corazón vuelve a estar ocupado?