La rápida difusión del coronavirus ha tocado de cerca a todo tipo de industrias y la moda ha sido uno de los sectores que más se ha visto afectado desde el principio. Y no, no hablamos solo de los desfiles de la última Semana de la Moda en febrero, donde ya se tomaron medidas de seguridad para evitar el contagio de los asistentes, que suelen acudir de cualquier parte del mundo. Alternativas como retransmitirlos vía web intentaron mantener el interés por las últimas tendencias de aquellos que decidieron no viajar hasta las Capitales de la Moda. Una manera de comunicar las propuestas que dejaba en el aire la pregunta de si era el final de los desfiles de moda tal y como los conocemos o si simplemente se trataba de una situación pasajera. Sin embargo, parece que la crisis no se va a quedar solo en el futuro de los fashion shows. El mayor miedo para las marcas es cómo va a afectar, a corto y largo plazo, este problema a sus ventas. ¿Es el fin de ir de compras?
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El pequeño comercio, el más afectado
Por mucho que el desfile sea uno de los momentos cruciales de las marcas de moda, el objetivo de llevarlos a cabo no es tanto ofrecer un espectáculo como tal, sino vender las colecciones a particulares y a tiendas multimarca. La incertidumbre de la duración del coronavirus es algo que preocupa tanto a diseñadores como a los propios consumidores. Quizás para las firmas más importantes el impacto está siendo menor, pero las más pequeñas no han podido tener reuniones con centros comerciales para acordar la compra de prendas. En China, varias tiendas de lujo se encuentran cerradas, un factor al que si se le suma la menor afluencia de turistas -por las prohibiciones de viajar-, tiene como resultado una disminución en las ventas físicas. Ya que la vía de contagio se da por cercanía, es lógico pensar que los comercios al uso son el primer desafío de la industria por la interacción que se da.
El comercio 'online' crecerá
Algunas opciones que han barajado ciertos negocios van desde ampliar el horario comercial, para reducir el tráfico de clientes, a potenciar el autoservicio, aunque también hay consumidores que prefieren alternativas de ecommerce con envío a domicilio. En Estados Unidos ya hay varias empresas que hacen una entrega contactless que minimiza la exposición, algo que mantiene a salvo tanto a repartidores como a clientes. En otras palabras, los hábitos de consumo parecen estar cambiando. La plataforma Quantum Metric, que ha estudiado los índices de consumo digital en Estados Unidos estas semanas, ha llegado a esa conclusión al descubrir que ha habido un 52% de crecimiento en comparación con 2019 en el mismo periodo.
Semana de la Moda digitales
Viendo esta tendencia, la división china de L'Oreal no descarta colaborar con otros gigantes para abastecer las rebajas que tienen en muchos de sus productos. Pero si hablamos de estrategias interesantes, el país asiático sigue buscando opciones para que su industria no se vea afectada. La que llevará a cabo la Semana de la Moda de Shanghái es el mejor ejemplo, un evento que iba a ser pospuesto y, finalmente, se va a situar enteramente en la red. Durante siete días, más de 100 firmas enseñarán y venderán las colecciones en salas de compras virtuales, por lo que directamente sus seguidores podrán hacer el pedido al ver la ropa. Una creativa exploración de los recursos para salir del paso que podría significar, al mismo tiempo, el comienzo de un nuevo camino en una industria que nunca deja de reinventarse.