Rosalía lo ha vuelto a hacer. La cantante ha hecho historia de nuevo, algo que lleva consiguiendo desde que se convirtió en una de las artistas más influyentes a nivel mundial. No solo ha marcado una era en la música española, sino que la catalana ha expandido el flamenco por todo el mundo, y la ceremonia de los Grammy ha sido la última prueba que lo ha demostrado. El premio al mejor álbum de rock, urbano o alternativo latino, por su disco 'El Mar Querer', ha sido el galardón otorgado a la cantante, siendo este su primer Grammy (la primera vez que una artista femenina gana este galardón), un triunfo que ya ha unido a su extensa lista de éxitos. Pero esta no fue la única nominación con la que hizo historia, sino que también ha sido la primera artista, cantando casi exclusivamente en castellano, en llegar a la categoría mejor nueva artista, aunque ha sido Billie Eilish la que se lo ha llevado. Una noche en la que el flamenco no solo corrió por las venas de Rosalía, sino también por sus estilismos.
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Y es que, la catalana ha querido ir a conjunto con la alfombra roja y se ha decantando, a su llegada, por un vestido 'efecto cuero' abotonado con flecos hasta los tobillos firmado por Alexander Wang. Un diseño que la cantante ha completado con tres cinturones trenzados del mismo tono, permitiendo que el vestido se ciñiese a la cintura, unas sandalias de tacón de PVC transparentes con incrustaciones en los laterales de la misma firma y una manicura joya plateada que, para variar, no ha dejado indiferente a nadie. Ariel Tejada, maquillador de Kylie Jenner -amiga y confidente de la catalana-, ha sido el make up artist responsable del maquillaje y peluquería de la artista, en el que unas ondas marcadas, un extenso eyeliner y unos clásicos labios rojos han sido los protagonistas del beauty look.
Pero su look ha dado un giro de 360 grados cuando ha recogido el icónico gramófono dorado. Un premio que la catalana ha querido levantar con un vestido de color blanco de cuello perkins, falda asimétrica con abertura delantera y cola larga, firmado por Mugler, además de unas sandalias con tiras de vinilo en tonos beige. Con la inspiración flamenca por bandera, en esta apuesta tampoco han faltado los volantes ni los flecos -haciendo referencia a las mantillas españolas-, aunque estos últimos han sido de anchura más fina y en color negro.
El color blanco y los flecos han vuelto a estar presentes cuando la artista se ha subido al escenario de Staples Center de Los Ángeles con una actuación que ya forma parte de la historia de los Grammy. Dos tendencias que la catalana ha combinado con un llamativo mono ceñido a su figura, de escote ilusión en 'V', con detalles transparentes y aberturas. Además, para esta ocasión, ha apostado por uno de sus complementos 'fetiche': las zapatillas con plataforma. Su melena larga también ha tenido protagonismo cuando ha pisado el escenario, y es que la catalana ha optado por recogérsela con una coleta alta para poder bailar al ritmo de la música sin necesidad de despeinarse. Tres looks y una misma tendencia que hablan por sí solos: los flecos. Una prueba más de que el flamenco no solo está presente en sus canciones sino que es el sello de identidad de la cantante.