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© Getty ImagesAunque hace algunos años era impensable, la presencia de Kim Kardashian en la gala del MET se ha convertido en algo tan esperado como aplaudido, sobre todo en las últimas ediciones. Pero este año se ha superado con creces. La socialité, que estuvo acompañada de su marido, Kanye West, su madre y sus hermanas Kendall y Kylie, llevó un original vestido con el que, además, ha hecho historia al tratarse del primer diseño de Manfred Thierry Mugler en 20 años.
© Getty ImagesEl vestido, que formaba parte de un total look de efecto mojado, era un diseño midi muy escotado y de color nude que parecía recién salido del mar. Y todo, por 'culpa' de las infinitas gotitas que colgaban del tejido, que también cubría sus brazos en versión semitransparente.
© Getty ImagesEl pelo y el maquillaje también parecían rociados de agua, llevando el efecto wet a otro nivel. Kim centró la atención de su maquillaje en su mirada, enmarcada con una sombra marrón con matices rojizos, pestañas muy largas y abiertas, y lentillas en un tono más claro que el suyo. Una elección que ya puso en práctica el año pasado y debió de gustarle tanto que en esta edición ha repetido.
© Getty ImagesEste diseño único, creado en conjunto por Mugler y la propia Kim, se completaba con una manicura que también estaba adornada con gotitas, simulando el efecto de recién salida del agua, como si de una sirena convertida en mujer de carne y hueso se tratara.
© Getty ImagesNo había un rincón de su anatomía que escapara a este efecto. En palabras del propio Mugler, este diseño va "más allá de la costura". Y ciertamente es un look que se quedará en nuestra retina durante muchos, muchos años. ¿Con qué nos sorprenderá Kim en su próxima aparición pública?
