A primera vista, el bolsillo parece un elemento superfluo, un detalle que muchas veces se añade a una pieza para evitar que resulte demasiado sobria. Sin embargo, guarda un significado que trasciende el mundo de la moda y del que se volvió a hablar recientemente después de que Meghan Markle apostara por vestidos con bolsillos en muchas de sus apariciones públicas. Un gesto, que según interpretan algunos expertos está relacionado con sus ideas sobre el empoderamiento de las mujeres, ya que décadas atrás los bolsillos apenas formaban parte de los diseños femeninos. "Meghan es una gran defensora del empoderamiento y las causas de las mujeres, y por lo tanto, es muy consciente del impacto que cada elección de vestuario tiene”, explicaba la historiadora de moda Barbara Burman en su libro Pockets of History: The Secret Life of an Everyday Object, en un artículo publicado por Daily Mail. Esta temporada este elemento se cuela en las propuestas más básicas como chaquetas o abrigos pero también adorna bolsos, faldas, pantalones... su función deja de ser solo práctica para ayudar a proporcionar un aire de tendencia a los diseños más especiales.
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El uso de los bolsillos parece claro: nos ayudan a guardar y tener a mano aquellos objetos que empleamos en el día a día y que, cuando lucimos una prenda sin bolsillos o con unos demasiado pequeños, tenemos que llevar en el bolso. Sin embargo, más allá de la evidente utilidad de este detalle, muchas firmas apuestan por incorporar bolsillos de diferentes tamaños y formas a lo largo de las prendas, con el simple objetivo de adornarlas. Esta tendencia gustará especialmente a las chicas con siluetas rectas ya que los diseños con bolsillos proporcionan sensación de volumen y rompen con la rectitud de la figura. Algo que se aprecia de forma clara al comparar, por ejemplo, unos vaqueros lisos con otros con bolsillos posteriores, que siempre potenciarán las curvas.
Sobre la pasarela, firmas como Fendi han apostado de lleno por este elemento, que se repite en una gran parte de sus propuestas, tanto en chaquetas que añaden bolsillos rectangulares de gran tamaño (como se aprecia en el look superior, donde la modelo Kaia Gerber luce una propuesta de apariencia army), como en cinturones que los incorporan a modo de eslabón o bolsos que, en lugar de ocultarlos en el interior, los destacan en el exterior, jugando con los tamaños y el contraste de colores y tejidos. Max Mara o Prada también se han lanzado con esta tendencia, muy presente en las colecciones Otoño/invierno 2019-2020 que acaban de presentar en la Semana de la Moda de Milán.
Son sobre todo las chaquetas y bolsos las propuestas donde más se está dejando ver esta invasión de bolsillos, pero el éxito de la tendencia se extiende prácticamente a todo tipo de prendas. Durante la Semana de la Moda de París pudimos ver a la danesa Pernille Teisbaek, una de las prescriptoras de estilo más influyentes del momento, con una falda beige cruzada en la que dos bolsillos XL convertían este modelo básico y atemporal en una propuesta de tendencia con la que renovar cualquier silueta working. Como hemos explicado anteriormente, la disposición de los bolsillos ayuda a redondear suavemente y de forma natural la silueta, dotándola de volumen.
El auge de los pantalones cargo como alternativa a los vaqueros también ha podido influir en el éxito de esta moda ya que estos diseños de origen militar se caracterizan precisamente por la presencia de multibolsillos, que se distribuyen a lo largo de la pernera.
