Bajo el hastag #onedresstoimpress, la instagramer y fundadora de la marca de moda sostenible Point off View, Marina Testino (sí, es sobrina del célebre fotógrafo de moda), compartió todos los looks que creó a lo largo de un mes recurriendo a un único diseño: un traje rojo. Su reto dio la vuelta al mundo, consiguiendo acercar su filosofía de vida a miles de personas. Marina trata de concienciar a sus seguidores (y a todo aquel que quiera escucharla) de cómo el hecho de comprar ropa que no necesitamos destruye no solo el planeta, sino nuestra propia salud, aunque confía en que, poco a poco, las cosas están cambiando. "Definitivamente, lo que conocemos como fast fashion está en decaída y las mismas marcas lo saben. Todas están intentando introducir algún aspecto sostenible a su producción. Hoy en día hay más conciencia sobre el tema. La mentalidad de la gente está cambiando y se están dando cuenta del daño que la industria está causando a nuestro planeta y a nuestra salud. Tenemos que entender que la piel es el órgano más grande del cuerpo y que el término fast fashion es como el fast food, pero multiplicado", explica a FASHION.hola.com. Y en la era de la moda rápida, un concepto ilustra a la perfección la afición por comprar ropa que no necesitamos, por el simple hecho de tener algo nuevo que ponernos, algo que estrenar: el wardrobing. Un término que comenzó a usarse en Estados Unidos desde el año 2013 y que, poco a poco, se ha dado a conocer en el resto del mundo.
Seguir el ritmo de las 'microtendencias'
Este anglicismo, que procede de la palabra wardrobe -armario-, hace referencia a la práctica de comprar algo, estrenarlo y devolverlo a la tienda. Un hábito que, en opinión de la influencer está muy relacionado con las redes sociales: "Yo creo que las redes sociales y el marketing tiene mucho que ver con esta idea de continuamente tener que verse diferente. Hay mil herramientas que las firmas utilizan para crear una cadena de aspiración y que nosotros, como sociedad, alimentamos. Simplemente intentar que cada imagen dentro de nuestras redes sociales sea con ropa nueva y diferente fomenta esta manera de pensar. Un pensamiento que no es bueno ni para la economía ni para la salud mental y mucho menos para el planeta. Hace diez años cuando las redes sociales no era tan influenciables, no tenías que ligar la novedad de tu ropa a tu imagen". Si eres asidua a los perfiles de prescriptoras de estilo, es posible que cada vez que te gusta algo de lo que muestran, te plantes si comprarlo o no, sin embargo lo que te gusta hoy quizá te aburra en un mes ya que cada vez las tendencias resultan más efímeras y el concepto de microtendencia gana terreno a las prendas que podemos llevar durante varias temporadas. Para seguir el ritmo, algunos usuarios optan por el wardrobing.
Del #OOTD al bloqueo de Amazon
Un estudio realizado en Reino Unido por Barclays el pasado verano concluía que casi un 10% de las personas entre los 35 y 44 años de edad compraban artículos sin intencion de quedárselos. Muchos de ellos, mostraban en su perfil de Instagram su nueva adquisición ocultando la etiqueta y compartiendo en look bajo el hastag #OOTD (las siglas de Outfit of the day, algo así como look del día). Algunos expertos relacionan este hábito con el auge del comercio online, ya que en muchas ocasiones facilita la devolución de las prendas o accesorios cuando el cliente no está contento con su compra o no es como se esperaba. No obstante, muchas marcas han comenzado a introducir cambios en su política de devolución precisamente para evitar que este hábito -perjudicial para la economía y para la propia salud mental- se extienda más. Por ejemplo, el gigante del comercio electrónico Amazon, ha comenzado a bloquear a los compradores que devuelven cosas de manera excesiva, aunque no se ha precisado qué cantidad se considera adecuada y cuál exagerada. Pero, más allá de las redes sociales y la publicidad encubierta que muchas veces se percibe, ¿qué otros factores pueden impulsarnos a querer hacernos con ropa que no necesitamos?
Compras y autoestima
La psicóloga María Saavedra, del gabinete El Prado Psicólogos (@pradopsicologos), apunta que "en referencia a los factores psicológicos que más sobresalen en consulta, coinciden con que la compra de la prenda es una forma de mejorar el estado de ánimo (ya sea positivo o negativo) y subir la autoestima. Si la persona se siente bien y acaba de cobrar, el grado de impulsividad aumenta y la atención selectiva de valorar si es necesario o no disminuye". Según datos de 2016, en España hay un 6% de personas que son consideradas compradores compulsivos, para evitar caer en estos hábitos, María sugiere "planificar las compras, cuando se esté triste buscar actividades que generen satisfacción personal y que sustituya el comprar cosas. Otra opción es comprar acompañado, lo que favorece el autocontrol".
El armario cápsula perfecto
Vivienne Westwood, la dama revolucionaria de la moda que trata de cambiar la industria desde el interior, expresó con unas concisas palabras lo que los seguidores de la moda lenta tratan de hacer entender a los amantes del fast fashion. "Compra menos, elige mejor, haz que dure. Calidad frente a cantidad", un discurso similar al que defiente Marina Testino, quien nos ha desvelado el que es, en su opinión el armario cápsula perfecto, en el que el wardrobing no tiene cabida: "unas sneakers, unas botas y un par de tacones. Dos trajes (uno de cuadros y otro negro), dos sudaderas tipo hoodies, tres pantaones de chándal, me encantan. También tres vestidos (para cocktail, para cita formal, y uno para el día a día) y por último dos vaqueros, uno negro y otro azul".