"2008/2009/2010. El comienzo de mi viaje. Aquellos fueron los años en los que empecé a 'experimentar' con mis looks y, más importante, comencé a hacerme fotografías y publicarlas en mi cuenta de Flickr o en Lookbook y después, en octubre de 2009, en mi blog personal de moda The Blonde Salad. Nadie podría entender por qué quería documentar tanto todo lo que hacía, y todos pensaron que estaba bastante loca por compartir imágenes de mis looks en Internet. Siempre llevaba eyeliner negro, mi pelo era un poco desastre y solo estaba "invirtiendo" en mis primeros bolsos de marca, mientras que el resto de mis looks eran todos de sitios vintage o de Zara (...)". Con este mensaje Chiara Ferragni, una de las influencers más poderosas del mundo, compartía con sus seguidores varias imágenes de sus primeros años como prescriptora de estilo. Un término acuñado años después pero que surgió gracias al trabajo de mujeres como Ferragni. En las fotografías se refleja la evolución de estilo que ha protagonizado la empresaria, cambiando los vestidos de Zara por diseños de Dior, Giambattista Valli o Versace y convirtiendo su nombre en una marca.
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Si eras adolescente en esos años seguro que te sentirás identificada con algunos de los estilismos de la italiana, ligados a las tendencias del momento (algunas de las cuales, por cierto, han vuelto esta temporada, como el vestido con hombreras). Solo unas horas después de publicar esta galería que bien podría formar parte del reto #10yearchallenge, la experta en moda ha subido otra tanda de fotografías, centradas en los años 2011, 2012 y 2013, un momento clave en su carrera como bloguera y etapa en la que afianzó su influencia en el mundo de la moda, justo en los albores de Instagram. "Los años intermedios. En esos tiempos todos seguían sin entender lo que hacía pero, día tras día, estaba más segura del camino que había tomado. Los haters siempre estuvieron ahí pero en este tiempo empezó a darme igual, empecé a mostrar una actitud completamente diferente hacia quienes no querían verme. Empecé a llevar maquillaje más real y a cuidar mi cabello, sintiéndome más como una mujer que como una niña. En 2012 empecé a publicar imágenes no solo en mi blog sino en Instagram, cambiando para siempre la manera de comunicarme con mis seguidores. En 2013 me mudé a Los Angeles y mi estilo comenzó a ser un poco más effortless (...)".