Cambiar por completo un estilismo y, al mismo tiempo, mejorarlo, es una cualidad que no se puede asociar a todo tipo de prendas o accesorios. Deben ser elementos diferentes, llenos de personalidad y si presentan cierta originalidad mejor. Los bolsos, los abrigos durante los meses de invierno e incluso los zapatos suelen albergar ese poder que también recae sobre las joyas. Ya comprobamos, en la última colección de Balenciaga, que los pendientes XL se convertían en el elemento perfecto para completar los looks de primavera-verano 2019. Ahora, durante la Semana de la Alta Costura de París, buena parte de los diseñadores se ponen de acuerdo en algo: o joyas XL o sin ellas, no hay término medio.
Ralph & Russo parece tenerlo claro. Los cuatro trajes y cuarenta y nueve vestidos que la firma británica presentó en París son perfectos para caminar sobre la alfombra roja -y para hacer soñar a más de una con llevarlos-. Sin embargo, el peso del diseño ya es suficiente, no necesita más aditamentos que un zapato sencillo, de corte salón. Aunque algunas de las propuestas se completaron con sombreros o guantes, muy llamativa fue la ausencia de joyas, sobre todo acompañando a los vestidos con escote corazón o palabra de honor. El resultado fueron más centímetros de piel a la vista y la defensa de cierta elegancia natural.
Aunque la mayoría de las modelos de Giambattista Valli caminaron sobre la pasarela sin joyas, las que lo hicieron pudieron presumir de diseños de tamaño XL que reclamaban atención por encima de los vestidos. El diseñador, que ha explorado de nuevo los volúmenes exagerados, logrados con capas y capas de tejidos como el tafetán, ha presentado una colección de Alta Costura primavera-verano 2019 llena de color, de detalle y fantasía. Solo algunos de sus modelos -tal vez los más afortunados- adornaban sus escotes con collares de vueltas infinitas o pendientes que se alargaban hasta el borde de la barbilla. Para el resto, ausencia total de joyas, ni si quiera en tamaño mini.
Algo similar propuso Azzaro. La firma, que desde 2017 cuenta con el francés Maxime Simoëns como director creativo, presentó una colección de carácter más urbano, en la misma línea de la que pudimos observar en el pasado mes de julio. Entre los trajes de chaqueta, los caftanes, los vestidos elaborados en tejidos brillantes y las lentejuelas, destacaron la presencia de collares compuestos por piezas cuadradas y de tamaño XL. Joyas que no solo aparecían junto a prendas minimalistas, como vestidos blazer, sino con diseños llamativos y a los que no todo el mundo se habría atrevido a añadir más aditamentos.