Podríamos decir que el 2018 se ha convertido en el año de Gigi Hadid. Aunque la modelo inició su trayectoria en el sector de la moda hace ya algunos años, cuando Jeremy Scott y Desigual la eligieron para presentar sus creaciones de otoño-invierno 2014-2015 durante la Semana de la Moda de Nueva York, en febrero de 2014, es ahora cuando se posiciona como una de las modelos más cotizadas de la industria. Tanto que son muchos quienes reclaman su atención al otro lado, dando forma a sus propias propuestas. Tal vez por eso, además del trabajo que ha desarrollado en los últimos años para Tommy Hilfiger, le han llegado proyectos tan interesantes como el de imaginar los uniformes de soldaditos de juguete que lucen los empleados de la icónica tienda estadounidense de juguetes de alta gama FAO Schwarz o diseñar una colección para Reebok. Sin embargo, los haters no parecen dispuestos a dejarla tranquila y siempre encuentran nuevas excusas para criticarla.
Hace solo unos días, durante el evento de presentación de la nueva colaboración con la firma deportiva, la modelo mostró su enfado con aquellos que ponen en duda su valía profesional arguyendo que, en realidad, no merece haber llegado tan alto, tal y como recogía el medio Daily Mail. "La gente dice que no merezco estar donde estoy porque vengo de una familia exitosa, pero mis padres han trabajado muy duro para conseguir lo que tienen", explicaba. Y añadía que tanto Mohamed Hadid como Yolanda Hadid se habían esforzado para darles a sus hijos lo mejor. Recordaba, además, que su padre "era un refugiado" -cabe recordar que pasó su infancia en Israel y se trasladó, más tarde, a Estados Unidos- y que su madre, que perdió a su padre cuando tenía solo siete años, siempre trató de salir adelante. Por eso ella intenta esforzarse cada día, para honrarlos.
No es la primera vez que la modelo se muestra contundente con las críticas que alguien desata contra ella. Es posible que recuerdes que, cuando hace unos meses volvió con Zayn, muchos vieron en aquella reconciliación una forma más de que hablaran sobre ellos y promocionar sus carreras. Ideas a las que Gigi respondió con varios mensajes en los que indicaba "es triste tener que defender mi relación cuando a veces quiero sentirme como una chica normal con un novio normal". Además, hace solo unas semanas, dio visibilidad al body shaming que la persigue y no cesa. Aunque la modelo explicó en 2016 que sufre la enfermedad de Hashimoto, una inflamación crónica autoinmune de la glándula tiroides que puede llegar a provocar hipotiroidismo -también que tomaba una medicación que le hacía perder peso-, las críticas hacia su cuerpo no paran. Incluso han llegado a agravarse en los últimos meses. Por eso, aprovechó una mesa redonda a la que fue convocada para hablar del #MeToo para asegurar que está cansada de las críticas constantes por su delgadez. Tal y como recogía la revista People, la modelo se pronunció sobre la necesidad de aceptar el aspecto de cada uno y lo duro que resulta a veces, cuando existe un ataque continuo en las redes sociales.