Cada día que pasa, y cada look que estrena, ratifican a Meghan Markle como un icono de estilo. Desde el anuncio de su compromiso con el príncipe Harry, la duquesa de Sussex ha experimentado lo que su cuñada, Catherine Middleton, o alguna que otra celebrity, consiguen sin relativo esfuerzo: agotar una de las prendas que llevan. Muy sonado fue el caso de los pantalones vaqueros que lució en los juegos Invictus de Toronto. Aquel diseño, que se ceñía a su silueta y presentaba un efecto rasgado en las rodillas, pertenecía a la firma estadounidense Mother Denim, que colgó el cartel de sold out en apenas unas horas. Lo mismo sucedió cuando visitó la Universidad de Bath junto a su entonces prometido. La gabardina que llevaba, de la firma Babaton, estaba dispuesta a seguir el mismo camino. Ahora, en su tour por Australia y en menos de una semana, ha agotado dos de los diseños que ha lucido e incluso ha llegado a colapsar las tiendas online que vendían ambas prendas.
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El primero que se quedó sin existencias fue un diseño blanco de Karen Gee, la firma australiana que eligió para iniciar su viaje por el país. El vestido, de color blanco, costaba aproximadamente 1.119 euros, algo que no fue un impedimento para que buen parte de sus seguidoras decidieran incorporarlo en su armario y bloquearan, durante un tiempo, la tienda online. Sin embargo, el caso más llamativo llegó después. Hace apenas unos días Meghan y el príncipe Harry comenzaron un intenso día de actos en Melbourne con una visita al Jardín Botánico. Una ocasión en la que presumió de embarazo gracias a un vestido de largo midi, con un volante que recorría la parte delantera, de la firma australiana Dion Lee. Un diseño que acompañó con su inseparable gabardina de Martin Grant, la pieza clave de sus looks de entretiempo, unos stilettos de Manolo Blahnik y bolso de mano bicolor. Cuando se difundieron las primeras imágenes de la pareja y trascendió a qué marca pertenecía el vestido elegido por la duquesa de Sussex, la web se colapsó debido al gran número de personas que se conectaron al mismo tiempo tratando de ser las primeras en comprarlo.
A través de su cuenta de Twitter la periodista australiana Melissa Singer, compartió unas declaraciones de Dion Lee, creador de la marca: "Es otro nivel (de atención). No puedo decir que antes nuestro sitio web se haya estrellado como resultado de que alguien use nuestra ropa". El diseñador aseguró que el vestido no estaba todavía disponible a la venta, ya que se trataba de una pieza inspirada en un modelo de la colección anterior que le había gustado a Meghan. Sin embargo, tal y como confirmó horas más tarde la cuenta @meghansfashion, en esa misma red social, la pieza en cuestión iba a formar parte de la colección Pre-Fall 2019. Y ya es posible reservarlo.
Aunque todavía no ha trascendido el número de personas que se han apuntado a la lista de espera de este vestido -recordemos que los pantalones vaqueros superaron las 4.000- lo cierto es que desde la firma parecen sentirse tan agradecidos que han empapelado la página principal de su web con imágenes en las que se puede ver a la duquesa de Sussex luciendo el diseño que cuesta 990 dólares, una cifra que equivale a 865 euros aproximadamente. Lo que parece cierto es que este diseño formará parte del fondo de armario de muchas chicas dentro de unos meses.
