Si hay una persona acostumbrada a protagonizar titulares durante casi todos los días del año es Kim Kardashian. Estar situada constantemente en el centro mediático no es un problema para la empresaria, que ha aprendido a vivir rodeada de cámaras tanto dentro como fuera de su casa después de años como protagonista de un reality show que acaba de estrenar su decimoquinta temporada. Sus redes sociales, en concreto su perfil de Instagram, donde atesora más de 116 millones de seguidores, son una fuente constante de comentarios, imágenes y vídeos que dan cabida a noticias sobre su entrenamiento deportivo, su familia y, por supuesto sus estudiados e insólitos estilismos. Sin embargo, cuando parecía que era complicado que la mujer de Kanye West nos pudiera seguir sorprendiendo, Kim se ha superado con uno de los accesorios que ha llevado en su última salida con amigos. No se trata de un valioso diseño de diamantes ni de una codiciada pieza vintage, lo llamativo del collar (además de su extraña forma) es que se mueve con los latidos de su corazón y que forma parte de un experimento artístico.
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Simon Huck es un amigo de la familia Kardashian desde hace años y además de ser el fundador de la agencia Command Pr de Nueva York también es el artista detrás del polémico collar de Kim. "Se mueve al ritmo de los latidos de mi corazón", dice la de Calabasas mientras muestra en sus stories de Instagram esta curiosa pieza, de forma similar a una gargantilla, pero más gruesa y con luces que se encienden en la oscuridad. De color carne, tiene el aspecto de una prótesis e incluso algunos medios sostienen que se trata de un implante temporal que se encuentra bajo la piel de la empresaria, algo que ella de momento no ha aclarado. Este collar forma parte de A Human, una exposición en la que Huck lleva seis meses trabajando, tal y como ha contado él mismo en redes sociales, cuyo objetivo es mostrar la transformación de los cuerpos y que se inaugurará el próximo mes en Manhattan. No se sabe si veremos allí a la empresaria pero lo cierto es que no es la única celebridad que ha apoyado esta iniciativa.
La modelo transgénero Andreja Pejic o Chrissy Teigen son otras de las caras conocidas que han modificado su cuerpo añadiendo unos cuernos azulados a sus hombros o unas alas a su escote, respectivamente. Un experimento artístico poco convencional que ha logrado su primer objetivo: dar que hablar antes incluso de inaugurarse la exposición. Teniendo en cuenta el poder de influencia de la familia Kardashian-Jenner no sería de extrañar que se agotaran las entradas, sobre todo si alguna de ellas está presente en la instalación.
