Hace ya tiempo que las consumidoras de productos de moda y belleza están experimentando un cambio en su mentalidad, optando por firmas cada vez más respetuosas con el medio ambiente y con la sociedad. Un ejemplo es el de Meghan Markle, que siempre que puede elige bolsos solidarios de firmas como Charlotte Elizabeth que dona parte de sus beneficios a The Prince's Trust, una organización que tiene como objetivo ayudar a jóvenes desfavorecidos; o Amaia Salamanca, que hace poco sorprendió con un diseño de Clémence Flane, firma que, a pesar del nombre extranjero, diseña y produce en España y colabora con Lo que de verdad importa, organización sin ánimo de lucro cuyo fin es promover y difundir valores universales en la sociedad. La tendencia o más bien la necesidad por la sostenibilidad, está moviendo conciencias.
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Dentro del sector de la moda, Stella McCartney siempre se ha mostrado partidaria de confeccionar moda sostenible, en los que la utilización del cuero o las pieles no encaja con su filosofía que la ha llevado a confeccionar moda vegana. Algo que comparte en cierto modo con Temperley London. La firma acaba de recibir el premio Butterfly MarkTM por su compromiso con la sostenibilidad. Y es que ellos también han decidido eliminar materiales como pieles, angora y PVC de sus productos. Por no hablar de la cantidad de marcas made in Spain que como Sur/Sac, María Malo, Bohodot, Ecoalf o My Faldas, se abrazan a esta corriente que en moda también se conoce como slow fashion.
Quizá es en el sector de la cosmética donde cada vez hay más concienciación y no solo por parte de las marcas, también se las consumidoras. Según explica en su informe L’Observatoire des Cosmétiques, la cosmética ecológica llegaría a duplicar sus ventas en 2020. Una de las pioneras en este campo fue Miranda Kerr, que decidió probar suerte en el sector de la belleza eco y sostenible al lanzar, en 2009, su firma Kora Organic. Un ejemplo que imitó al también modelo Jessica Hart, artífice de Luma Cosmetics. Sin embargo, si hay una marca que lleva apostando desde hace décadas por el medio ambiente y, concretamente por los océanos esa es La Mer.
Además de aprovechar los beneficios de las algas marinas para obtener Miracle Broth, un compuesto capaz de regenerar la piel que incorporan todos sus productos, la firma lleva varios años apoyando la protección de hábitats marinos a través de donaciones, iniciativas de concienciación y proyectos de apoyo para la conservación de los mares. Este año, ha decidido poner a la venta la edición limitada de Blue Heart de La Mer, una crema cuyos beneficios se suman a las ayudas habituales e irán destinados a mejorar y proteger los ecosistemas oceánicos de las Azores, la exuberante isla tropical de Granada y las comunidades marinas del Mar de China Oriental.
Pero no solo se trata de elegir productos sostenibles y que protejan el medio ambiente, también de concienciar. Un ejemplo es el de Loewe en su división de Perfumes -a través de sus fragancias más acuáticas y universales, Aire de Loewe- que, con motivo del día de los Océanos, ha decidido unirse a la Asociación Vellmarí participando en uno de sus proyectos para preservar el ecosistema marino, concretamente las praderas de Posidonia, una especie endémica del mar Mediterráneo que se está viendo afectada entre otras cosas por la contaminación. La firma donará 1 euro a la Asociación Vellmarí -que trabaja para salvar esta especie- por cada foto de inspiración marina que se comparta en las redes sociales bajo el hashtag #AGUALOEWExPOSIDONIA.