Lo de decorar el cuerpo con pequeños dibujos es una tradición que viene del antiguo Egipto, cuando las sacerdotisas de algunas diosas se embellecían con estos motivos. Desde entonces, y aunque en algunos periodos de la historia han tenido connotaciones más bien negativas, los tatuajes se han convertido en una tendencia más a la que cada vez se suman más celebrities e influencers. Hay quien rinde homenaje a sus mascotas, quien como Presley Gerber prefiere el nombre de un familiar y quien le ha cogido tanto el gusto que, como Brooklyn Beckham, lleva al menos 16 tatuajes. Una cifra elevada que Hailey Baldwin parece haber superado con los dos últimos diseños que ha incorporado a su cuerpo.
© Hailey BaldwinHace apenas unos días que la modelo estrenaba dos nuevos diseños: un pequeño corazón en su hombro izquierdo y un "1996" en el hueso de la cadera derecha que hace referencia al año de su nacimiento. Dos motivos que, según explicaba en una entrevista concedida a la estadounidense The Cut, han surgido como la mayoría de los tatuajes que luce, sin apenas premeditación. Hailey asegura que los dibujos que decoran su cuerpo han sido fruto de la necesidad del momento y de una llamada rápida a JonBoy, un tatuador con sede en Nueva York experto en microtatuajes y encargado de dibujar sobre los cuerpos de Kendall Jenner o Zayn Malik. Aunque también ha hecho lo propio, y en tamaño XL, en el torso de Justin Bieber. Un trabajo que, como ha asegurado en más de una entrevista, le llevó cerca de 100 horas de trabajo.
Son ya diecinueve los dibujos (en tamaño micro) con los que la modelo decora su cuerpo y aunque algunos de ellos apenas se han fotografiado, la palabra "gente" que lleva en su cintura y una mini pistola en su dedo son algunos de los más conocidos junto a la fecha en números romanos de su muñeca izquierda -el día de la boda de sus padres- y una cruz casi imperceptible en el cuello. De momento asegura que quiere esperar hasta hacerse el siguiente dibujo porque parece que tiene la intención de seguir ampliando su colección. Eso sí, quiere dejarse algún rincón de su cuerpo libre para rotular, cuando toque, el nombre de sus hijos.
