La combinación de los colores rosa y rojo es, probablemente, una de las que más controversias sigue generando en el sector de la moda. Hay quien se declara fan de ambos colores y los mezcla sin ningún tipo de preocupación, convirtiéndolos en los protagonistas de sus estilismos de Street Style, y quien sigue viendo en este dúo cierta dificultad. Pero no Emma Stone que eligió para la noche de los Oscar esta fórmula. Eso sí, de una forma poco convencional para este evento porque en lugar de optar por un vestido, la actriz prefirió combinarlos en un traje de Louis Vuitton con una blazer de raso burdeos, cinturón rosa brillante y pantalón negro.
Una combinación con la que cada vez se atreven más diseñadores. Cuando Pier Paolo Piccioli diseñó la colección de primavera-verano 2017 de Valentino lo hizo convirtiendo este binomio en el protagonista; algo parecido a lo que han hecho Giorgia Tordini y Gilda Ambrosio, diseñadoras de The Attico, que han visto en esta combinación una de sus señas de identidad. Josep Font, director creativo de Delpozo, también se ha atrevido a unirlos en las colecciones más coloristas, e incluso Victoria Beckham, siempre sobria en sus combinaciones, ha apostado por ellos. Pero si una firma ha popularizado esta mezcla esa ha sido Zara.
Ambos tonos se convirtieron en los protagonistas de su lookbook del pasado verano, en el que el gigante de Inditex proponía combinar trajes de chaqueta rojos con botines en fucsia vibrante. Una apuesta con la que sigue esta temporada, proponiendo este tipo de mezclas e incluso diseñando prendas que unen directamente ambos colores. Un ejemplo es un vestido midi tableado con la parte central en rojo y los laterales en rosa (29,95 euros), un body de manga larga con cada mitad en un tono (29,95 euros), camisetas con mensajes de letras rojas sobre un fondo rosa pálido (7,95 euros) e incluso pendientes (15,95 euros).
Además, de estas prendas, la firma propone que las compradoras creen sus propias combinaciones eligiendo, por ejemplo, un pantalón flare rojo y una blusa rosa o viceversa. Demostrando de este modo que, aunque sobre mezclas y colores hay mucho escrito, en realidad todo es válido.