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Zara tiene un plan: ¿imaginas saber cómo te sienta la ropa sin probártela?


10 de julio de 2017 - 10:11 CEST

Al común de los mortales aún le preocupan la iluminación, las largas colas de espera y los espacios reducidos pero, para los gigantes del fast fashion, las cualidades del probador definitivo pasan por la interactividad y la realidad virtual. ¿Por qué? Hablando en plata: la experiencia del usuario en el probador puede duplicar sus beneficios.

Los llamados probadores inteligentes son el Santo Grial en la carrera tecnológica de firmas como Ralph Lauren o Tommy Hilfiger y retailers como Gap, Uniqlo o Inditex. Este último, lleva poca más de un año introduciendo importantes novedades en algunas tiendas insignia de Zara o Massimo Dutti sin llegar a materializar el sueño americano del armario de Cher Wollowitz en Clueless. ¿Te imaginas llevar un montón de prendas al probador y no tener que desnudarte para saber cómo sientan? Gracias a la tecnología 3D y a las etiquetas RFID estás un poco más cerca de conseguirlo.

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Todo empezó con el selfie. Las primeras tiendas en apostar por la tecnología en sus probadores incluyeron una tableta en la que consultar las tallas y colores disponibles en el establecimiento y, además, enviar una foto del interior del probador vía WiFi. Esto ocurría en Tommy Hilfiger o Karl Lagerfeld hace 5 años, cuando sus clientes aún se preguntaban la utilidad de este servicio. Que levante la mano quien no haya enviado una sugerencia a una amiga o haya consultado con su hermana antes de realizar una compra. De esta forma, te ahorras los malabarismos con el móvil.

Siguiendo sus pasos, desde su Centro Tecnológico en Arteixo, se esbozaron varias innovaciones que situarían a Inditex en una posición privilegiada en la carrera hacia el probador del futuro. Por un lado, los sistemas de radiofrecuencia (RFID) implementados en todas las etiquetas de Zara (y algunas de Massimo Dutti y Uterqüe) permiten que las prendas sean localizadas en cualquier momento –desde la fábrica hasta el instante de la compra– por el personal de la tienda y, al mismo tiempo, que sean identificadas por el probador inteligente. Esto no sólo facilita el control de stock, sino que posibilita la interacción con la pantalla.

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Pionera en nuestro país, Zara introdujo su primer probador inteligente en 2015 en la tienda del Mercado de San Martín en San Sebastián. Tanto en este establecimiento, como en las tiendas de A Coruña, Nueva York y Massimo Dutti en el Paseo de Gracia de Barcelona, antes de entrar al vestidor, las prendas son automáticamente escaneadas para solicitar un cambio de talla, consultar información adicional, propuestas de look o incluso pagar sin pasar por el mostrador.

Esta es precisamente la segunda línea de investigación en la que se ha centrado Inditex. El sistema de autopago se implantó en septiembre de 2016 en más de 8 marcas de la compañía a través de la aplicación InWallet, que permite comprar directamente desde tu teléfono a través de un código QR con cualquier tarjeta previamente registrada en la APP. Pero ahí no acabó la cosa.

La tienda Massimo Dutti de Barcelona dispone de cajas ‘Easy Check Out’ cerca del probador para agilizar el proceso de pago usando pantallas táctiles, desalarmador y datáfono. Así como cajas móvil –un dispositivo aplicado a un datáfono– para realizar los pagos de servicios premium en cualquier lugar del establecimiento. Pero, ¿por qué no se incluyeron estas características en la inauguración de la gran ‘flagship store’ de Zara (la más grande del mundo) en el paseo de la Castellana de Madrid? La cadena ha expresado su deseo de mantener la prudencia en la implantación de estas tecnologías, por un lado, porque supone una importante inversión y, por otro, porque no toda su clientela es millennial y habrá quien aún no se haga a la idea de interactuar con un probador.

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Mientras tanto en EEUU, marcas como Ralph Lauren, Neiman Marcus o Rebecca Minkoff apuestan por los espejos electrónicos que, además de todas las funciones de la tableta, incorporan algunas novedades como –¡nuestras plegarias han sido escuchadas!– la regulación de la luz en la cabina o la memoria virtual. Adiós al momento ‘¿me quedaba mejor el otro?’ porque gracias a ese sistema, se pueden comparar las imágenes en pantalla.

Por ahora, sólo la marca de belleza Charlotte Tilbury y los grandes almacenes Macy’s han dado un paso más allá. La primera, ha instalado en su tienda de Londres un espejo que, no sólo devuelve tu reflejo, sino que le superpone looks de maquillaje al más puro estilo Snapchat, para que puedas probarte más de una tonalidad rojo sin que parezca que te han nominado al ‘Kylie Jenner lip challenge’. Por su parte, la cadena estadounidense ya ha estrenado un espejo mágico para ver cómo queda la ropa sin necesidad de desvestirse. Y, finalmente, GAP, en un intento por adelantarse a Inditex, ha lanzado la aplicación Dressing Room que permite elegir un avatar entre 3 siluetas distintas y, así, intuir el resultado.

Y es que, según un estudio de Alert Tech, cuando un cliente pasa por el probador, la probabilidad de compra se multiplica hasta 7 veces y el valor medio de sus adquisiciones es el doble que si sólo recorre la tienda o decide probárselo en casa. Así que, espejito, espejito, ¿cuánto tardará Zara en cumplir el sueño de las fans de Clueless? O como diría una de sus mejores clientas, #amanciocéntrate.

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