Estampado, monocolor, degradado, joya, con aplicaciones metálicas, rotos... Y si ya entramos en los distintos cortes, tipos de cuello o materiales podemos perdernos en el universo que rodea al eterno básico por excelencia: el jersey. Porque puede ser capaz de levantar un sencillo look y convertirlo en único o simplemente porque la chispa de un outfit está en acertar con esta pieza, que encaje a la perfección con nuestro guardarropa de entretiempo.
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A caballo entre el abrigo y la blusa o el top de manga larga; el jersey se postula como tu aliado perfecto en esta época del año en la que día tras día nos hacemos la misma pregunta: ¿hará frío? Un momento estacional en el que se presenta como el sustituto perfecto de la prenda exterior más 'abrigadita', si lo combinas con un chaleco de pelo, piel o algodón; o de la camiseta (antes de que apriete el calor).
En un contexto en el que nos topamos peligrosamente con la frontera entre los básicos y las prendas que encajarían dentro del denominado effortless, el jersey se presenta con fuerza otorgando infinidad de sofisticadas posibilidades a nuestro dress code diario. Haciendo un guiño a la tendencia de las superposiciones, esta icónica prenda nos permite jugar con una gran variedad de piezas. Póntelo encima de tops de cuello alto, camisas con mangas volanteadas, faldas plisadas, sobre un culotte, un vestido boho o slip dress (el dúo perfecto de esta primavera)... En definitiva, el jersey puede ofrecerte infinitas combinaciones fuera de su uso clásico.
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