Es la isla habitada más pequeña de las Baleares, con tan solo 83 kilómetros y seis pueblitos que la conforman, pero también uno de los lugares más deseados cuando llega el buen tiempo. Arena fina, aguas cristalinas con un maravilloso azul de fondo fruto de su reserva única de Posidonia y una forma ralentizada de vivir la vida que enamora a los estresados turistas que llegan de la ciudad.
Cada vez más Formentera deja de ser una simple excursión de un día en las vacaciones de quienes se hospedan en Ibiza, para convertirse en el destino final gracias a tres de sus atractivos más importantes: sus calas, el triunfo de su gastronomía slow food y una interesante oferta de alojamiento con rincones tan especiales como el oasis de lujo que desde hace dos años atrae a visitantes de todo el mundo, celebrities incluidas.
¿Dónde dormir en Formentera?
Alejado de las zonas másificadas encontramos un hotel boutique escondido en un bosque de pinos y sabinas: Teranka se alza como un refugio de paz en Migjorn, en la pequeña población pesquera de Es Caló de Sant Agustí. 35 habitaciones y suites concebidas como un refugio seguro entre la tierra, el mar y el cielo, con una cuidada decoración minimalista que transmite estos tres conceptos a través de una filosofía donde la sostenibilidad y el respeto por la isla están muy presentes. El tiempo parece detenerse al cruzar sus puertas, donde no resulta extraño encontrarse a sus huéspedes caminar descalzos por las estancias, pues como explican: toda la finca es un portal natural para la conexión a la tierra.
Situado frente al mar, el hotel integra el bienestar en la lista principal de actividades que se pueden realizar durante la estancia. Su diseño fluido permite practicar de forma gratuita yoga en una plataforma entre el bosque y el mar, a menos de cinco minutos andando de la playa, así como ejercitarse en un modesto gimnasio entre la naturaleza o practicar sesiones de sonido inmersivo con auriculares a través de la tecnología OPO, como rituales al atardecer, baños de sonido para observar las estrellas y meditaciones guiadas.
Dónde comer en la playa de Migjorn
Nos situamos en la zona sur-meridional de la isla, donde se encuentran algunos restaurantes de visita obligada para quienes busquen productos de proximidad y disfrutar de una agradable comida junto al mar, para aprovechar así el día de playa. ¿Recomendación? Reservar con antelación, pues de junio a septiembre suele haber gran afluencia.
- Es Còdol Foradat: este chiringuito se encuentra ubicado justo enfrente de la playa, gestionado desde el 2020 por el chef Nandu Jubany. La cocina isleña protagoniza su carta con recetas imperdibles como sus arroces, la langosta de Formentera o entrantes como las gildas de corvina o la coca de cristal con sobrasada y miel. (Venda Descamarí, playa de Migjorn, 4292).
- Vogamarí: se definen como un restaurante de estilo libre, comprometido con la comida de fusión pero respetando la gastronomía de la isla. El chef Toni Mayans refundó en 2010 este local situado sobre las dunas, con una pasarela que conduce directamente a la playa. En su carta destacan platos como el arroz caldoso de bogavante o sus croquetas de erizo de mar. (Crta. de la Mola km 9,5. playa de Migjorn).
- 10.7: uno de los chiringuitos más emblemáticos de la isla que acoge incluso bodas, donde se puede cenar mientras disfrutas de la espectacular puesta de sol en esta zona. Su carta es sencilla, una mezcla de gastronomía mediterránea con influencia asiática, en la que podrás encontrar desde sushi o rollitos vietnamitas, hasta pasta con langosta y tartar de salmón y aguacate. (Camino de Can Toni Blai, 4365).
- Teranka: te alojes o no en el hotel, la visita a su restaurante es una parada obligatoria. Dispone de un rooftop con DJ para tomar cócteles y contemplar el atardecer, así como un bar en la piscina. Pero si buscas comer o cenar, The Garden es el espacio de este alojamiento para hacerlo. El producto de la isla es la estrella de sus cartas, con una amplia variedad entre la que es difícil escoger, aunque no hay que pasar por alto platos como el pulpo a la parrilla, el pollo payés o su langosta con huevos fritos y patatas. (Carrer Sant Agustí, playa des Arenals, KM 10.7).
Sus playas de aguas cristalinas
Migjorn es el nombre que recibe la costa sur de Formentera y en el que sitúa este recorrido para pernoctar y saborear su gastronomía. Es una playa de cinco kilométros, la más extensa de la isla, con diversas calas rocosas y de arena que resultan claves para disfrutar de un baño sin aglomeraciones -siempre dependiendo de la temporada en la que viajes-. En especial, aquellas como Ca Marí, Racó Fondó o Codol Foradat, aunque también merece la pena visitar la cala vecina de Caló des Mort, un pequeño arenal entre rocas y antiguas casetas de pescadores.