Su rostro suena (casi) más que el de cualquier estrella de cine. Isabel Jiménez (Almería, 1982) ha trabajado más de una década frente a las cámaras, día tras día, presentando los Informativos Telecinco. Muchos de los acontecimientos clave de la historia reciente los hemos vivido a través de ella, pero no es coincidencia que, sin siquiera haber cumplido los 30 años, esta comunicadora se convirtiese en altavoz de la actualidad televisiva. Esa curiosidad innata es la misma que la impulsa continuamente a explorar nuevos terrenos, desde la moda hasta la gastronomía, siempre en línea con los valores que lleva por bandera. Es por ello que, este 8 de marzo, ha querido compartir con nosotros una iniciativa cercana a su corazón y vinculada con sus múltiples facetas: periodista, emprendedora, madre, mujer.
Isabel Jiménez está acostumbrada a contar malas noticias, hablar de cosas que a muchos nos daría reparo siquiera pensar, de ahí que sea una de las caras conocidas que coprotagonizan la campaña #YOsoyELLA de Ayuda en Acción. Con la intención de visibilizar la desigualdad de oportunidades de las mujeres en el mundo, la comunicadora nos presenta seis historias reales en las que están presentes la violencia física, el embarazo adolescente, el matrimonio infantil, la falta de acceso a la educación o la pobreza extrema. De acuerdo con la UNESCO, el 63% de los 763 millones de personas adultas que no saben ni leer ni escribir son mujeres, una cifra apabullante (entre otros tantos datos) que apuntan a un problema sistemático. "Yo soy ella, porque su sufrimiento es el nuestro", explica.
¿Qué te atrajo de esta iniciativa de Ayuda en Acción por el Día Internacional de la Mujer?
Lo primero es tener la oportunidad de dar voz a todas esas mujeres que tienen una historia detrás que merece ser escuchada. Hablamos de mujeres maltratadas, perseguidas, violadas. Si yo puedo aportar o ayudar lo más mínimo, ahí estaré.
Siendo periodista, en tu día a día compruebas el poder de cambio que tiene contar ciertas historias. ¿Qué lección te llevas después de aprender sobre los testimonios de estas mujeres?
Que no podemos quedarnos en los números y las estadísticas y que no podemos dejar atrás a todas estas mujeres.
¿Sientes que te enfrentaste a algún reto en los inicios de tu carrera como comunicadora por el hecho de ser mujer?
No tanto en los inicios como después, cuando parece que tienes que demostrar y recordar todo lo que has hecho y cuál ha sido tu trayectoria para llegar donde estás.
En los últimos años, se ha comenzado a visibilizar el llamado 'síndrome de la impostora'. ¿Qué inseguridades has ido superando con la experiencia?
Imagino que, como tantas mujeres, el querer llegar a todo y además pretender que salga bien. Equivocarse o fallar, a veces, no es sinónimo de fracasar.
¿Qué consejo les darías a las chicas jóvenes que admiran tu trabajo?
Detrás hay mucho trabajo y mucho esfuerzo. Pero merece la pena si detrás hay una verdadera vocación.
Además de periodista, eres emprendedora en el mundo de la moda. ¿De dónde surge la inquietud de crear Slowlove junto a Sara Carbonero?
Parte de mi naturaleza, de mi forma de ser, es esa necesidad de embarcarme en proyectos que me apasionan y que me hacen crecer personal y profesionalmente. En este caso, fue emprender y montar nuestra propia marca de moda sostenible. Ya llevamos nueve años de aventura y estamos muy orgullosas de lo que hemos conseguido.
Está claro que sois directoras creativas y fundadoras de vuestra propia marca, que ya es maravilloso, pero quería saber en qué otros aspectos están presentes la igualdad de género y el empoderamiento femenino en Slowlove.
Somos un equipo prácticamente femenino. Salvo Álex, que es un pilar fundamental de la marca, el resto son mujeres. Al final tiene nuestro ADN, el de Sara y el mío y es una marca que, a nivel de imagen, transmite mucha verdad y ese empoderamiento de dos mujeres periodistas que decidieron emprender y que lo han conseguido con éxito.
¿Consideras que es difícil ser emprendedora?
Muy complicado, y más en un sector como es la moda donde una marca pequeña, como era la nuestra al principio, tiene que luchar contra gigantes. Así que admiro muchísimo a toda la gente que emprende, porque las dificultades son muchas y no es fácil sobrevivir.
También te has asociado con mujeres de lo más talentosas para revitalizar La Cantina del Ateneo. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Sigue siendo porque acabamos de empezar, como quien dice. Me encanta la gastronomía y siempre me había apetecido meterme en un proyecto así, sabiendo lo que supone el mundo de la hostelería. De momento, estoy aprendiendo mucho y viendo cómo el restaurante va cogiendo forma cada día y en un entorno único como es el Ateneo de Madrid. Solo puedo decir que tenemos uno de los mejores bocatas de calamares de Madrid y el mejor cocido de los viernes. La carta de vinos, por ejemplo, ha sido cosa mía.
ONU Mujeres, entre otras organizaciones internacionales, ha confirmado que las mujeres y las niñas sufren los peores efectos del cambio climático. ¿Cuándo decidiste sumergirte de lleno en un estilo de vida sostenible?
Hace ya unos años. Unos genios locos de Barcelona me involucraron en un proyecto de sostenibilidad que fue creciendo hasta el punto de que escribí un libro sobre qué podemos hacer cada uno de nosotros para salvar el planeta, y aquello fue un punto de no retorno. Ahora solo pienso en lo que quiero dejarle a nuestros hijos.
Eres madre de dos niños. ¿Crees que la conciliación laboral es todavía una conversación pendiente en la sociedad?
Creo que ha habido grandes cambios en los últimos años y en mi caso he de decir que gracias a mi horario en el informativo y al papel que juega mi marido en casa, he conseguido el equilibrio perfecto a la hora de conciliar mi vida profesional y familiar.
Tus hijos son aún pequeños, pero ¿cómo te gustaría transmitirles en un futuro la importancia de iniciativas como la de Ayuda en Acción?
La educación es el pilar de cualquier sociedad. En los centros educativos, pero, sobre todo, en casa. Los niños aprenden de lo que ven y de los valores que les transmitimos así que espero que crezcan en el respeto, la igualdad y la empatía hacia los demás.
¿Tienes algún proyecto nuevo a la vista del que todavía no sepamos mucho?
Siempre hay algo que no se puede contar. Ya os lo decía, es mi naturaleza.