A todos nos gusta, de vez en cuando, echar la vista atrás, abrir álbumes de fotos, pasar sus páginas y bucear entre recuerdos. Es entonces cuando aparecen imágenes en las que llevábamos pantalones más bajos de lo debido, camisetas con las que presumíamos de abdomen, diseños con una marcada estética Y2K... Y nos damos cuenta no solo de que el tiempo ha pasado, sino que la moda es cíclica y que todo, antes o después, termina volviendo. Pero esa especie de nostalgia no solo nos llena a nosotras, también a modelos e influencers que cada cierto tiempo hacen memoria y recuperan imágenes de antaño. ¿La última en hacerlo? Irina Shayk.
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La modelo rusa, que el pasado 6 de enero celebró su 38 cumpleaños, ha sorprendido a sus más de 23 millones de seguidores al compartir varias imágenes de ella a las que ha añadido un texto corto y conciso: "16...". Entendemos que se trata de fotografías en las que tenía esa edad y en las que se encontraba en plena adolescencia —aunque una de ellas, en blanco y negro, es anterior—. Estas instantáneas, en las que acumula más de 409 mil 'me gusta' y varios miles de comentarios, nos permiten descubrir que Irina ya era un bellezón en aquel momento. También que presumía de una envidiable y proporcionada figura y que le gustaba llevar la melena a la altura de los hombros o un poco más corta, peinada con raya en medio, y con flequillo largo. A sus dieciséis, ya presumía de esa cautivadora mirada felina y de unos labios carnosos, dos cualidades que la caracterizan. Pero por aquella época Irina todavía no había comenzado a trabajar como modelo —en realidad soñaba con ser escritora—. Y es que su entrada en el mundo de la moda se produjo tras ganar el concurso Miss Chelyabinsk en 2004.
Explicaba la maniquí que, mientras acompañaba a su hermana a un instituto de belleza situado junto a una escuela de modelos, fue descubierta por un cazatalentos que la animó a presentarse al concurso. Y lo ganó. Un reconocimiento que la empujó a salir de su país y trasladarse a París, donde empezó su carrera. Pero podríamos afirmar que su suerte cambió de forma radical tras conocer a la famosa estilista Carlyne Cerf de Dudzeele, quien le dio la oportunidad de trabajar con Mario Testino. Después su carrera empezó a despegar: desfiló en exclusiva para Givenchy, se convirtió en imagen de firmas como Intimissimi, Guess o La Perla, apareció en portadas de medios como Sports Illustrated o Vogue... Era el principio de su gran éxito.
- El look más deportivo de Irina Shayk con los pendientes que llevábamos en los 2000