Vivimos en un mundo demasiado acelerado y eso, como muchos pueden imaginar, no es bueno. Ocupamos todas las horas de nuestro tiempo (a veces con tareas importantes y otras navegando en redes sociales sin descanso), nos distraemos con todos los estímulos que nos rodean y nos olvidamos de reservar ratos para volver a conectar con nosotros mismos. "Todo esto se ve reflejado en nuestra salud psicológica, porque un cerebro en constante estado de alerta puede enfermar", asegura la psiquiatra Marian Rojas Estapé, que aborda este tema, el de mantener la calma en un mundo frenético, en el último episodio de su podcast. Ella anima a conectar de una forma más sana con nuestros presente. Algo que, aunque cada persona debe hacer a su manera, implica parar. Precisamente ayudarte a frenar es lo que tratan de conseguir Sonia Pueche y Jaime Mato, dos artesanos que crean maravillosas piezas de cerámica bajo el nombre de época (es.epocaceramic.com) y que han encontrado en este arte una vía para volver a conectar con nosotros mismos a través de experiencias únicas.
Arcilla y barro para mantener la calma
La meditación y el yoga se han convertido en prácticas muy extendidas por sus grandes beneficios, pero hay quien no termina de encontrar en ellas toda la paz que necesita. Por eso surgen otras alternativas, como los talleres de cerámica. Es real: estar en contacto con la arcilla y con el barro tiene un poder verdaderamente relajante. El motivo es sencillo. Mientras das forma a estos materiales -al principio están muy duros y requieren más esfuerzo- toda tu atención está puesta en la actividad. Conforme pasa el tiempo la arcilla se ablanda, es más sencillo moldearla, y la mente se relaja. Además, se trata de materiales vivos que permiten conectar con la naturaleza.
"Estas aficiones nos ayudan a poner nuestra atención en algo diferente o bien nos ayuda a sacar nuestras rumiaciones, a ordenar nuestro pensamiento, a que se nos ocurran nuevas ideas. La creatividad no se refleja solo en la pequeña obra de arte que podemos crear, sino en cómo nuestro pensamiento y nuestras emociones fluyen de manera diferente mientras nos entregamos a esa tarea", nos explicaba el psicólogo Rafael San Román, del equipo Ifeel, cuando le preguntábamos sobre el poder que las actividades creativas tienen en la mente.
Todos estos beneficios los conocen bien Sonia y Jaime. Por eso, hace tiempo decidieron convertir su pasión en su profesión y dar una vuelta de tuerca a los talleres convencionales. En su taller de Ávila nace la experiencia Clay&Calm. "En el taller de arcilla y calma crearemos una pieza con calma, a través de la meditación y centrando nuestra atención en el presente. En este taller no importará el diseño de tu pieza, ni la utilidad ni la belleza, el objetivo es conectar con el presente, relajarte y liberar el cansancio acumulado a través de nuestras manos en contacto con el barro", explican. Para los interesados, ¡la próxima edición tendrá lugar el 16 de junio!
El poder curativo de la naturaleza
Pero querían ir un paso más allá. Por eso han puesto en marcha su primer Retiro Creativo en Cantabria (del 14 al 16 de julio), en una casa solariega del siglo XVIII rodeada de árboles centenarios. La experiencia se vertebrará alrededor de cuatro talleres de cerámica en los que proponen aprender técnicas primitivas gracias a las que no solo es posible conectar con el material, también con nuestra creatividad para crear piezas muy especiales.
El emplazamiento elegido permitirá disfrutar de la calma y la tranquilidad de la naturaleza y conocer el shinrin yoku. Esta práctica japonesa, también conocida como baños de bosque, propone absorber todo lo que ofrece un paseo por la naturaleza: sentir la textura de la corteza de los árboles, escuchar el canto de los pájaros, aspirar el olor a tierra mojada, observar los diferentes tonos de las hojas, los helechos, el musgo… Es una práctica dirigida a los sentidos que, según la Sociedad Japonesa de Terapia Forestal, puede mejorar el estado de ánimo de una persona.
Estar en paz para ser feliz
La ciencia estudia una y otra vez los motivos que nos llevan a ser felices. Aunque hay muchas teorías al respecto, la Dra. Laurie Santos, profesora de psicología de la universidad de Yale, opina que "la ciencia nos ha mostrado que ser feliz requiere un esfuerzo intencional". Una tarea que en realidad es más sencilla de lo que parece, pero implica, entre otras cosas, que tomemos conciencia de nosotros mismos e invirtamos tiempo en relajarnos y meditar. Dedicar al menos diez minutos a prestar atención plena en uno mismo, en las preocupaciones y las dificultades, pero también en los motivos para sonreír, ayuda a lograr una percepción más clara de la realidad. Conseguirlo con la práctica del mindfulness, el yoga o haciendo cerámica depende de ti.
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