Que por tu feed hayas visto a amigos e influencers de vacaciones en Tulum no es la única referencia a México de este verano. Tampoco que artistas como Rosalía o Leiva hagan sold out en D.F., o que firmas como Adolfo Domínguez o Selmark sigan los pasos de Zara y busquen expandir su negocio allá. El país centroamericano se ha convertido en foco clave para el negocio español, pero el efecto también es inverso. La influencia de la cultura mexicana en nuestras fronteras es hoy más potente que nunca, y las pruebas la encontramos en todos los ámbitos, desde la moda y la televisión hasta, por supuesto, la gastronomía. La colección de Sara Carbonero e Isabel Jiménez inspirada en Yucatán o la creciente demanda de una de sus bebidas insignia, el mezcal, dejan patente que amamos su forma de entender la vida.
De la televisión a la moda
La televisión a la carta, con Netflix a la cabeza, fue una de las primeras en explotar en inmenso potencial que toda Latinoamérica, en general, y México, en particular, ofrecen para crecer. Contratos como el de Danna Paola en Élite tantearon el terreno para descubrir que, efectivamente, los mexicanos conectan con las producciones españolas; un efecto que, con La casa de las flores, por ejemplo, se dio en el sentido contrario. Tal vez por verlos en sus pantallas durante toda la pandemia, las ciudades y los paisajes mexicanos se convirtieron en objeto de deseo para muchos, entre ellos, Sara Carbonero e Isabel Jiménez, que esta primavera viajaban a Yucatán para fotografiar la campaña de su firma Slowlove.
"Poder volver a viajar después de tanto tiempo y hacerlo en México ha sido una pasada. Además, creo que se aportan mucho tanto México a la colección como viceversa: colores, tejidos, texturas, el ambiente y la energía que se creó. Todo eso es lo que la gente luego ve cuando compra las prendas, esa filosofía de Slow, del slowlife", explicaba Isabel Jiménez, mientras su socia publicaba un recuerdo tras otro de esa experiencia en sus redes. Antes que ellas, la diseñadora mexicana Daniela Villa hacía el trayecto inverso: viajar desde allá hasta Málaga para inaugurar dos pop ups en uno de los destinos más lujosos de nuestro país, Marbella. Durante todo el pasado verano, quienes allí acudían podían disfrutar de un pedacito de México sin salir de España, de ese "lujo descalzo", como Daniela Villa lo llama, que tanto nos gusta también por aquí.
Y lo que es inevitable mencionar cuando hablamos de lo que más nos atrae del país latino es, está claro, su gastronomía. Las aperturas de restaurantes de comida mexicana no hacen sino aumentar, tanto regentados por españoles como por originarios de Latinoamérica. Eso es lo que sucederá con la próxima inauguración del Grupo Rosa Negra, nacido en Ciudad de México, en la madrileña calle de la Castellana. Igualmente cada vez son más los locales que, sin definirse por una cocina puramente mexicana, suman a su carta nachos, tacos, quesadillas... o mezcal, la bebida de moda en lugares tan cosmopolitas como Ibiza.
En la isla pitiusa fue precisamente donde los responsables de Mezcal Amarás, producido en Oaxaca y Guerrero, decidieron celebrar la fiesta del décimo aniversario de la casa. El nuevo restaurante Nudo, en la playa es Figueral, fue el lugar escogido para una cena enteramente maridada con este destilado de agave, misma planta de la que se obtiene el tequila. Sin embargo, el sabor más suave del mezcal está restando enteros a su famoso hermano y le está haciendo ganar presencia en los establecimientos de lujo. Sin salir de Ibiza, el hotel Six Senses o el espacio El Silencio ofrecen esta marca que, además de traer a España una de las bebidas más populares al otro lado del Atlántico, cuenta con una solida filosofía de responsabilidad social y ambiental: trabajan con productores locales (muchas de ellos mujeres), colaboran con ONGs y destinan hasta el 20% de la venta de cada botella a iniciativas internas en materia de sostenibilidad. "Somos una empresa construida a través del amor; amor por el sol, por la tierra y las personas que la trabajan y, sobre todo, amor por México y su planta sagrada, el agave", explican desde la casa mezcalera. Un sentimiento que, a la vista está, compartimos en nuestro país.