El famoso 'don’t worry, be happy' parece un lema complicado de seguir en según qué situaciones. Por ejemplo, la que ahora estamos viviendo. Sin embargo, siempre hay pequeñas cosas que podamos celebrar, incluso entre las paredes de tu hogar, para estar más contentas. Por ejemplo, que hoy inauguramos la primavera, una fecha que coincide con otra efeméride que igualmente deberíamos festejar: el Día Internacional de la Felicidad. Y ya que esta puede encontrarse en las cosas más sencillas y nace de una actitud personal –ya decía Aristóteles que es interna a cada uno-, preguntamos a los expertos cómo podemos ser más felices hoy (y el resto de días que van a venir), a pesar de las circunstancias.
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Al despertarte
Levantarse de la cama por la mañana últimamente no resulta el plan más atractivo del mundo, pero intenta no vivir en el día de la marmota y dota a cada jornada del mismo significado que tienen en tu vida cotidiana. “A pesar de encontrarnos en una situación excepcional, tenemos mucho que agradecer a la vida, cosas básicas y que dábamos por supuesto hasta ahora. Incluso podemos agradecer nuevas oportunidades que esta crisis nos brinda”, afirma la psicóloga Aída María Rubio, perteneciente al equipo de TherapyChat. Ella propone un pequeño gesto que puedes sumar a la meditación matutina o plantearte durante el desayuno, y que te ayudará a empezar el día con una actitud positiva: dedicar 10 minutos para hacer un listado de al menos 5 cosas que puedas agradecer.
“Organizar las tareas del día también nos ayudará a eliminar la sensación de vacío y a cuidarnos”, continúa. Y es que seguir con la rutina, dentro de lo posible, es esencial para mantenerte bien emocionalmente. Quítate el pijama, dúchate, ponte perfume y vístete (aunque sea con la ropa más cómoda de todo tu armario); continuar con esos hábitos te predispondrá a sentirte mejor. “Son pequeños detalles que, aunque no van a obrar ningún milagro, permiten marcar diferencias y aportar estructura a nuestra vida cotidiana, ahora tan doméstica”, afirma otro experto, el psicólogo Rafael San Román, del equipo Ifeel.
Los dos profesionales coinciden en que, aunque teletrabajes, es fundamental diferenciar al horario laboral del ocio, y también la ropa puede ayudar a ello. “Es obvio que no me pondré el traje y la corbata o la falda y los tacones para estar en mi salón trabajando, pero puedo utilizar una indumentaria media para marcar que ahora es trabajo y, luego cambiarme para estar en el sofá, o para dormir, porque es lo que corresponde”, aconseja San Román. Vestirte de colores alegres también elevará tu ánimo, prometido.
Pequeñas cosas (científicamente probadas) para ser más feliz
A lo largo del día, incluye en tu rutina pequeños momentos de desconexión que te aporten felicidad. Si estás trabajando, aprovecha los descansos para meditar, hacer unos estiramientos de yoga o, simplemente, bailar tu canción favorita. “La música nos ayuda a evadirnos, a poner voz a nuestras emociones, a conectar con ellas y dejarlas salir. Y bailar es un ejercicio magnífico para mantenernos activos, liberar endorfinas y quemar esa energía que no damos salida estos días de aislamiento”, aconseja Aída María Rubio. Los entrenamientos en streaming y las rutinas disponibles en la red también te ayudarán en esta época, así como iniciarte en esas nuevas actividades que llevaban tiempo en tu lista de propósitos, si ahora dispones de más horas libres. “Podemos sacar partido de esta situación, conocernos mejor y poder por fin probar algunas aficiones que habíamos pospuesto, o incluso estar abiertos a nuevas posibilidades. Es hora de generar nuevas costumbres que hagan de tu casa un lugar 100% apetecible para ti”, afirma Rubio.
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Pintar, escribir, componer… Las actividades creativas no solo te distraerán, sino que pueden convertirse en una buena vía para liberarte de los sentimientos que posiblemente estás experimentando y desconectar. Según explica San Román, “además de activar nuestra creatividad, esas aficiones nos ayudan a poner nuestra atención en algo diferente a lo que sale por los medios o bien nos ayuda a sacar nuestras rumiaciones, a ordenar nuestro pensamiento, a que se nos ocurran nuevas ideas. La creatividad no se refleja solo en el texto o la pequeña obra de arte que podemos crear, sino en cómo nuestro pensamiento y nuestras emociones fluyen de manera diferente mientras nos entregamos a esa tarea”.
Aprovecha el fin de semana (o tus días libres) para lanzarte a estos nuevos hobbies, o a cualquier actividad que te resulte placentera. “Reserva para el fin de semana algunas comedias que te hagan reír, un bañito acompañado de lectura y, por supuesto, el nuevo “deporte” de moda en España, las videocañas con amigos”, bromea Rubio. O dedícate a investigar nuevas recetas de cocina con los ingredientes ricos en triptófano, omega 3, vitamina B y zinc, nutrientes que mejorarán tu ánimo. Piña, salmón, aguacate, almendras, tomate… y chocolate negro, el favorito de muchas, rico en polifenoles que calman y elevan la felicidad.
Sentirse mal, a veces, es natural
La clave esencial para ser feliz en estas circunstancias, posiblemente, sea la que apunta la psicóloga Rubio: “Mantener una mirada al futuro es fundamental. Hoy estamos en cuarentena, pero nuestras vidas normales regresarán”. Su recomendación es tomar ese momento como motivación más fuerte: “Podemos visualizar con detalle el momento del fin del aislamiento, escribir un listado de planes para hacer cuando llegue ese día, o buscar proyectos vitales que emprender desde ya o cuando sea posible”.
Porque, tras varios días en casa, quien más, quién menos lo ha experimentado. A veces, ni bailar, ni comer chocolate, ni ponerte tu vestido favorito sirven para desconectar de lo que está pasando y sentirte bien. Pero, siempre que no sientas que te supera de verdad (entonces tendrías que consultarlo con un especialista), se consciente de que no pasa nada. Es una sensación natural tener momentos de bajón porque no podemos estar las 24 horas del día en modo ultra optimista. “No eres un bicho raro por sentirte así, nos está pasando a todos”, afirma la psicóloga. Su consejo ante estas emociones que nos desestabilizan, es distanciarnos de los pensamientos más negativos: "En lugar de darles vueltas una y otra vez, obsérvalos como si fueran una película, “termina” la película y ponte a otra cosa. Los ejercicios de respiración, la meditación y el yoga te ayudarán mucho en momentos de crisis”.
Por su parte, San Román opina que: “Lo primero es asumir que va a haber días -lamentablemente, más de uno- en que sí nos vamos a sentir más hundidos o desesperados de la cuenta. No hay atajos para pasar este tipo de experiencias, pero cada uno elige, dentro de las cartas que le han tocado en esta partida, si le echa más leña a fuego de su desesperación (y de la desesperación ajena) o si hace un esfuerzo por remar a favor”. ¿Cómo? Con gestos tan sencillos como preguntar a tu familia y a tus amigos qué tal están, darles ánimo y ofrecerles tu ayuda, aunque esta tenga que ser telemática. Pero, sobre todo, entendiendo que el sacrificio que estás haciendo a nivel individual al cumplir las recomendaciones y quedarte en casa es parte de un esfuerzo colectivo que, ojalá más pronto que tarde, terminará por funcionar y esta situación se acabará.