Ser la cuarta persona más seguida en las redes sociales y contar con un ejército de más de 167 millones de followers no son motivos suficiente para que Selena Gomez se sienta identificada con este mundo. Tras estar casi dos años apartada de los focos mediáticos y tener inhabilitados sus perfiles sociales, la cantante ha vuelto con más fuerza que nunca, no solo en el terreno profesional, sino también en el personal. En su último álbum, Rare, hace mención a la presión desmedida que existe en internet para ser igual que el resto, algo con lo que la artista nunca se ha sentido identificada. Por ello, ha decidido sincerarse lo máximo posible sobre este tema y ha desvelado en una entrevista uno de sus mayores secretos: "Creo que mucha gente no me quiere por decir que si hubiese un botón para borrar mis perfiles sociales lo pulsaría".
"Si pudiera encontrar un medio equilibrado y feliz, sería genial, pero estaría mintiendo si dijera que internet no está destruyendo parte de mi generación y su identidad", ha declarado la cantante. Y es que, podemos imaginarnos la presión con la que se debe vivir cuando millones de personas opinan de tu vida constantemente, y más aún cuando has tenido una de las relaciones más turbulentas y comentadas de las últimas décadas de Hollywood. Tras su ruptura con Justin Bieber, la artista se tomó un tiempo para encontrarse a sí misma, una época en la que según reconoce se sintió "mucho más feliz que cuando estaba expuesta a las críticas, ya que solo necesitaba dejar ir a la antigua Selena y empezar una nueva vida". Ahora, recuperada y con ganas de comerse el mundo de nuevo, la estadounidense ha asegurado que volverá a desconectarse de las redes sociales en un futuro no muy lejano.
A la presión mediática y a su relación llena de altibajos con el cantante se han sumado también sus problemas de salud: la batalla contra el lupus en 2012 y el trasplante de riñón en 2017. Dos contratiempos que la artista tuvo que afrontar con la mejor de las sonrisas y que, por suerte, tuvieron un final feliz. Pese a tener 27 años, la estadounidense ha tenido que hacer frente a situaciones muy duras que le han marcado su vida, pero su regreso ha demostrado que la gente ni se ha olvidado de ella ni de su música, uno de los "mayores miedos" que tenía Selena después de lanzar Rare.