A veces es por trabajo, para poder viajar y comprender mejor otras culturas o, simplemente, por placer. Aprender idiomas se ha convertido en una de las metas más recurrentes del siglo XXI y en uno de esos propósitos con los que se estrena el año. No sabemos cuánto hace que Selena Gomez quiere aprender español, pero lo cierto es que, en una entrevista concedida a un medio femenino estadounidense, la cantante ha asegurado que cada día se arrepiente de no saber mantener una conversación fluida en esta lengua. Es posible que su próximo proyecto en el cine Doctor Dolittle, en el que comparte cartel con Antonio Banderas haya tenido algo que ver; o es posible que sus orígenes mexicanos le hayan hecho replantearse este tema.
Existe la falsa creencia de que a una persona en edad adulta lo tiene muy difícil para aprender un idioma. Es cierto que siendo niños la capacidad de aprendizaje es mayor, un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Essex asegura que no hay un momento claro en el que la capacidad para aprender una lengua empiece a disminuir. Aunque se tarde un poco más en interiorizar nuevos conceptos los expertos apuntan a que son la falta de motivación y la vergüenza lo que más te pueden frenar a la hora de aprender cualquier idioma.
También hay quien defiende que la herencia genética determina tu capacidad para aprender un idioma. Según explicó en un estudio el psicólogo Roger Sperry la diferencia que existe en las funciones entre los hemisferios del cerebro podría ser la clave. Mientras el izquierdo está más especializado en el lenguaje y la escritura, en el derecho pesan más los procesos creativos. Las personas con un mayor desarrollo del izquierdo tendrían más facilidades. Pero reiteran que la motivación puede vencer, o por lo menos competir, con la genética.
Trucos para aprender un idioma en tiempo récord
Busca a alguien que quiera aprender contigo. Igual que hacer deporte con otra persona suele aumentar la motivación y las ganas de entrenar, compartir un idioma también funciona. Muchos expertos recomiendan que además de intentar fijar clases o conversaciones con un profesor nativo, busques a una persona con la que te sientas cómoda para unirse a este reto.
Haz una inmersión total. Seguro que escuchas música cunado vas por la calle, que ves series en tus ratos libres o que reservas los fines de semana para ver alguna película. Aunque al principio pueda costarte un poco te ayudará a mejorar el entendimiento del idioma y también la pronunciación. Además aprenderás mucho vocabulario nuevo.
Etiqueta todo lo que te rodea. Si puedes, llena de notas todos los objetos que utilizas habitualmente con el nombre en el idioma que hayas elegido. Te ayudará a familiarizarte con palabras que vas a necesitar de una manera muy sencilla.
Prepara una lista con pequeñas motivaciones. Viajar a Estados Unidos y poder comunicarte, ver tu película favorita en versión original y sin subtítulos… Apunta en un cuaderno todas las cosas por las que estarías dispuesta a aprender un nuevo idioma. Cuando te sientas desanimada o pienses que no avanzas léela, te sentirás más animada.