Tener una baja autoestima genera ansiedad, nos vuelve más inseguros y dificulta la compleja tarea de ser felices. Los psicólogos aseguran que la baja autoestima es uno de los problemas más frecuentes con los que se encuentran en sus consultas. Tal vez por eso, aunque apliques técnicas revolucionarias suecas como el Lagom o hayas seguido al pie de la letra la lista de cosas que, según la ciencia, te harán sonreír con más frecuencia este año, no hayas obtenido mejoras. Según los expertos, el estrés del día a día, ser demasiado exigentes con uno mismo o no aceptar los errores y las adversidades pueden terminar provocando que nos sentimos inferiores. Para evitar que esto suceda, es importante aprender a sobreponerse a los problemas, como enseña el kintsugi japonés.
El kintsugi es una técnica centenaria que surgió, hace cinco siglos, en el lejano Oriente y que se aplicaba para reparar cuencos de cerámica rotos. Lo curioso es que, en lugar de arreglar los objetos disimulando las grietas y haciendo que parecieran nuevos, los artesanos dejaban visibles las cicatrices, espolvoreándolas con un barniz de oro para hacerlas, si cabe, algo más llamativas. Esta técnica, con el paso del tiempo, se ha convertido en una metáfora de vida sobre la necesidad de resistir a las adversidades sin ocultar que, a veces, quedan marcas.
Según explica Fidel Sanz Estaire, director científico del equipo Psicólogos en Madrid EU, en su página, las personas con baja autoestima buscan la aprobación y el reconocimiento de los demás. “Suelen tener dificultad para ser ellas mismas y poder expresar con libertad aquello que piensan, sienten y necesitan en sus relaciones interpersonales, así como para poder decir “no” al otro sin sentirse mal por ello”, añade. Vaya, ocultan sus defectos o aquellas cosas que piensan que lo son. Todo lo contrario a lo que enseña el kintsugi.
Busca tus virtudes
Una de las claves que dan la mayoría de los psicólogos y que apoya esta técnica milenaria es buscar virtudes personales e intentar llenar la mente con pensamientos positivos. Repetirse mentalmente ideas como “hoy conseguiré lo que me proponga” o “tendré éxito” ayudan a mejorar la percepción sobre uno mismo. Pero no vale con elegir ideas al azar. Analízate y busca tus puntos fuertes. Ahí está la clave. Otra buena opción es que fomentes esas habilidades. Si lo tuyo es el deporte, ¿por qué no te lo tomas más enserio? Conocer tus talentos hará que te sientas mejor y que aceptes mejor no ser tan buena en otras cosas.
Evita la autocrítica y aprende a perdonarte
Cuanto una persona tiene baja la autoestima suele ser muy crítica consigo misma. Según explica en una charla de TED el psicólogo Guy Winch, lo único que conseguirás con este comportamiento es sentirte peor. “Tendemos a ser mucho más compasivos con los amigos que nosotros mismos, así que piénsalo dos veces la próxima vez que empieces a decirte a ti mismo que no vales para algo o que has hecho las cosas mal”, apunta. Perdónate, cúrate y no seas tan dura, esto evitará que sigas dañando tu autoestima.
Tómate tu tiempo
Una de las partes más importantes de la técnica kinsugi era el secado de las piezas. Los artesanos, una vez espolvoreado el oro en las grietas, dejaban el objeto madurando hasta que estaba listo para desempeñar de nuevo sus funciones. Haz lo mismo, después de un desencanto o un fracaso tómate algo de tiempo para ti, para poner en práctica los otros dos pasos. Recupera la confianza en tí misma y date cuenta de que los errores son solo una excusa para seguir creciendo.