Joven, vibrante y llena de contrastes. 75 años después de convertirse en telón de fondo de una de las películas más importantes del cine clásico, Casablanca se presenta ante nosotros como una ciudad occidental, renovada y cargada de energía. Su arquitectura art decó, su predilección por el cuidado del cuerpo y la riqueza de su gastronomía la convierten en uno de los puntos con mayor atractivo para los turistas que cada año visitan Marruecos.
Arquitectura en cada esquina
No hay calle en Casablanca que no merezca detenerse para observarla con detenimiento. Edificios de la época francesa, fachadas con detalles art decó y elementos tradicionales magrebíes componen un delicioso cóctel para cualquier amante de la arquitectura. Como primera parada destaca uno de los puntos más instagrameables del lugar: el cine Rialto, del que era fiel cliente el cantante Charles Aznavour y que sorprende por sus líneas depuradas y su blanca fachada. No lejos de aquí, se encuentra el Boulevard Mohammed V. En sus inmediaciones encontrarás algunas de las construcciones de principios del XX más especiales: la casa Marius Boyer, el edificio Glaoui, el Bessoneau y el Asayag.
Pero no solo del art decó de la época del protectorado francés vive Casablanca. Junto a sus célebres fachadas blancas, la ciudad presume también de una arquitectura tradicional, que podrás apreciar en la mezquita de Hassan II; un monumento terminado, en 1993, por el arquitecto francés Michel Pinseau, y que constituye uno de los símbolos de la cuidad.
Moda en alza
Cada vez son más los diseñadores marroquíes que pisan fuerte en el mercado europeo y estadounidense; un panorama artístico que tiene también nombre propio en Casablanca. ¿Los que más suenan? Amine Bendriouich, un creador que trabaja a caballo entre Casablanca y Berlín o Said Mahrouf. Pero si lo que quieres es descubrir el trabajo de jóvenes creadores, te recomendamos visitar: La Fabrique Concept Store y Gallery of aimance.
Y si lo tuyo es ir de shopping en un mismo espacio, puedes visitar, cerca de la playa, el Morocco Mall, un centro comercial de lujo -referente en la zona- concebido por Davide Padoa y en el que encontrarás tiendas como Gucci, Dior y Luis Vuitton, Ralph Lauren, Banana Republic o Lacoste.
Cuna del bienestar
Si por algo se caracteriza la cultura marroquí es por el cuidado del cuerpo; una filosofía que sigue presente en la ciudad y que se ha actualizado con el paso del tiempo gracias a la llegada de nuevas tendencias. Masajes con aceites esenciales y baños árabes conviven hoy con disciplinas como el pilates y el yoga. Uno de los lugares más conocidos para practicarlo es Om yoga.
Igualmente, gracias a su cercanía con el mar y las condiciones climáticas de la zona, Casablanca es uno de los puntos preferidos de los amantes del surf y el kite para deslizarse por las olas. ¿Nuestra recomendación? Déjate asesorar por la gente de Kai Shapes.
Gastronomía mediterránea
La ciudad marroquí cuenta con amplio abanico de lugares para comer: puestos ambulantes, restaurantes familiares donde probar un auténtico tajín, cafeterías healthies, etc. Aún así, uno de los más visitados es el Rick's Café. Muchos podrían pensar que aquí fue donde Bogart y Bergman dijeron aquello de "Tócala otra vez, Sam", sin embargo, este restaurante abrió sus puertas en un viejo Riad de los años 30, en 2004. Puedes visitarlo para comer o cenar y durante sus sesiones de jazz. ¿Cuándo? Las noches del jueves, viernes y sábado.
Y para despedirse de la ciudad, nada como hacer parada y fonda en el restaurante Bleu del hotel Four Seasons. Gracias a sus vistas al océano Atlántico y la cocina del chef Thierry Papillier será la mejor guinda del pastel para tu viaje.