Viaje olfativo por el Véneto italiano
Michele Almairac es uno de los narices más prestigiosos del mundo. Maier le encargó los perfumes número I y VI:
I
Representa la mañana en un jardín Palladiano. "Tengo un magnolio en mi propio jardín. Me gusta madrugar y conozco su olor a primera hora de la mañana. Disfruto de él cada día", nos contaba, y añadía: "Es una flor poco conocida en el mundo de la perfumería porque no hay materia prima extraída de ella". Pero este elemento de lujo no está sólo. Almairac también añadió musgo, madera o ámbar. “Elaborando este perfume he sentido que trabajaba como un impresionista”, aseguraba.
VI
El elemento central es la rosa. Y el momento del día, la tarde, cuando adquiere un olor muy particular tras absorber el calor de toda la jornada. Esencia de rosa turca damascena y especias que consiguen un aroma cálido, mezclado con madera para un fondo intenso. Otras notas presentes son el melocotón y la peonía. Un proceso de creación que ha durado cerca de dos años, y en el que ha trabajado con una joven promesa llamada Mylène Alran.
Mylène Alran tiene 30 años y ha convertido su pasión en su trabajo. Tuvo claro muy pronto a qué quería dedicarse y ha luchado mucho para conseguirlo. A pesar de su juventud ya es toda una experta en rosas y este es uno de sus proyectos más importantes. Trabajar con Michele Almairac en la fragancia número VI, todo un honor. "Trabajar en equipo es una cualidad del grupo en el que trabajo, y me gusta", nos contaba Michele. Esto es lo que nos dijo Mylène: "Tomas Maier es muy exigente, muy preciso y eso facilita el trabajo porque sabe perfectamente lo que quiere y orienta en ese sentido. Le gusta o no le gusta, no titubea. Eso significa hacer varias versiones pero siempre sabiendo que vas en la dirección correcta".
Este oficio es tradicionalmente masculino, aunque durante muchos años crecieron las mujeres perfumistas. En la actualidad hay un equilibrio que también se ha trasladado hasta los propios perfumes, que huyen de las etiquetas, tal y como cuenta Almairac: "Los perfumes no son ni masculinos ni femeninos, son simplemente perfumes".
Alexis Dadier no siempre se dedicó a esto pero desde que lo hace, no ha parado de cosechar éxitos. Tomas Maier le encargó los perfumes II y IV de Parco Palladiano.
II
El ciprés es un árbol icónico italiano y su forma recuerda a las columnas presentes en muchas obras de Palladio. El mejor momento para disfrutar del olor del ciprés es al final de la mañana, durante el verano. Un aroma fresco e intenso que se potencia junto a notas de pimienta, pimienta rosa.. y otras 'saladas', inspiradas en los lagos de la zona de Venecia. También tiene betiver, pachuli, hojas...
IV
Es una de las más originales y recuerda a una tarde de primavera, cuando el sol ha calentado la tierra, las plantas, las flores durante todo el día. Es entonces cuando emergen esos olores y vapores naturales y cálidos. Entre sus ingredientes destaca la castaña, requisito fundamental de Maier, y se añaden la bergamota, las bayas, rosas, mandarina y otras flores como la vainilla. Un resultado
Daniela Andrier es alemana y la artífice de muchas fragancias de lujo. Para ella el lujo reside en la calidad de los ingredientes y, con este encargo, ha viajado hasta su más tierna infancia, etapa que pasó en un entorno similar al que intentaba recrear.
III
Daniela había visitado la zona 25 años atrás y, además, tenía muchas referencias olfativas de su Alemania natal. Un recuerdo melancólico, lleno de romanticismo... que quiso plasmar en este perfume inspirado en el final del otoño, cuando la pera está madura y cae al suelo, donde se mezcla con el frescor de la menta. "Me traía a la mente esa sensación de querer pisarlas sobre la tierra...", un estado de felicidad estival en pleno otoño.
V
Esta fragancia huele a verde, a hierba... aunque no se vean. " Es como caminar por un sendero a la sombra de árboles majestuosos". Entre sus ingredientes: romero, laurel y salvia. Un aroma que combina la frescura de estar a la sombra y la intensidad de los colores del día.