Bella Hadid ha vuelto y en esta recta final del 2024 lo ha dejado más que claro. Tras un retiro de dos años propiciado por la enfermedad de Lyme que sufre, en septiembre regresaba a la pasarela sin anuncio previo, sorprendiendo con su presencia en el desfile de Saint Laurent en Paris Fashion Week. Y lo mismo hacía durante el Victoria's Secret Fashion Show, cerrando el espectáculo con uno de los looks más impresionantes. Pero además, la modelo retoma sus compromisos como imagen de grandes firmas del sector, como demostraba este fin de semana durante un viaje a Dubái de tan solo dos días que han dado para mucho.
La también cowgirl -ahora compite en la disciplina de rodeo de corte como su novio Adan Banuelos- dejaba Texas, donde se mudó para estar más cerca de su pareja, para aterrizar en la ciudad más poblada de Emiratos Árabes Unidos. Lo hacía para asistir a la reapertura de la boutique de Chopard en el exclusivo centro comercial de Dubai Mall, pues Bella Hadid se ha convertido este año en embajadora mundial de la exclusiva firma de joyas. Una alianza que llega después de tres años de colaboración y con la que reafirma así su regreso a la industria.
Para asistir a la fiesta que la marca ofrecía, volvía a recurrir a la moda vintage que en los últimos años ha protagonizado muchas de sus elecciones. Esta vez posaba con un espectacular vestido de Alta Costura firmado por Elie Saab, que pertenece a su colección Otoño/invierno 2004. Un delicado diseño con pedrería y lentejuelas bordadas sobre seda, con un pronunciado escote en 'V' y gasa vaporosa en las mangas y en la cola, que apareció hace dos décadas en la pasarela parisina.
Y no fue la única pieza de archivo que lució, pues para presentar la línea de joyas de la que es embajadora, apostó por un total look negro con este vestido camisero de manga larga adornado con un cinturón de maxihebilla plateada. Una creación de Thierry Mugler perteneciente a la década de los ochenta, como explicaba su estilista.
El cambio de look exprés de Bella Hadid
Aunque la escapada a Dubái fue breve, la modelo supo exprimir al máximo su estancia. Acompañada por un equipo de asesores de imagen, entre los que se incluía su estilista Molly Dickson, Bella quiso probar con un rápido cambio en su cabello para el evento de Chopard. Se puso en las manos del peluquero Syd Hayes para dejarse un nuevo flequillo ligeramente abierto, corto y desfilado, un corte que sienta genial con el pelo largo y que transmite cierta nostalgia, pues por este mismo flequillo apostaron hace años iconos como Cher o Jane Birkin.
Tiempo para tomar el sol
La modelo disfrutó también de algunas horas libres que aprovechó para tomar el sol en la playa y combatir así el calor con los más de 30 grados que nunca abandonan el termómetro dubaití. Posaba presumiendo de un abdomen tonificado fruto de las rutinas de cardio como el running y el kickboxing que ha practicado durante años, y más recientemente, los entrenamientos que realiza subida al caballo para competir en el rodeo, un ejercicio que requiere de gran control postural y activación del core. La veíamos, además, sumergirse en la lectura con el libro La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera.
De compras por la ciudad
No podía marcharse de Dubái sin una jornada de shopping en la que es actualmente una de sus firmas más especiales. Bella se pasaba por la tienda de Saint Laurent para salir con un par de bolsas de la maison con la que oficialmente regresaba a la pasarela hace dos meses y para la que, además, también ha protagonizado una de sus últimas campañas.