Si eres de las que no perdona un 31 de diciembre sin crear la famosa lista de propósitos de Año Nuevo en la que tampoco falta una línea dedicada a los hábitos saludables, puede que también te hayas desanimado si esa disciplina inquebrantable de la que presumías se ha resquebrajado un poquito. La buena noticia es que si el año pasado te avisábamos de que saltarte la dieta más veces de las que imaginabas era fundamental para que fuera sostenible, ahora los expertos revelan que enero no es el mejor mes para empezar un plan para perder peso. Has leído bien, si ya habías tirado la toalla hace unas semanas porque tus recetas healthy cada día lo eran menos, resulta que gran parte del problema reside en que no comenzaste tu nueva vida saludable en el momento adecuado. Descubre por qué febrero es el punto de partida perfecto si quieres adelgazar y las claves con las que conseguirlo sin perder la motivación.
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Enero es sinónimo de fracaso
Por mucho que te hubieras concienciado de que este 2021 ibas a empezar con buen pie, los expertos culpan a la "resaca navideña" como la causa de que tu cambio de vida no haya ido como esperabas: "En enero es muy probable que sigamos guardando en nuestras despensas sobras de productos y platos muy calóricos que nos hagan caer en la tentación y arruinar nuestro plan", explican los especialistas en gatronomía del restaurante Bodega de los Secretos. Además, señalan el problema que comparten todos los regímenes drásticos que acaban en fracaso: "Podemos caer en la trampa de las dietas milagro, que no existen, así como los superalimentos, tampoco. La pérdida de peso debe ser la consecuencia de adoptar unos buenos hábitos de vida y no el objetivo para hacer cualquier dieta".
Otro motivo es el clima bajo cero que trajo el temporal Filomena, unido a tiempos como los actuales en los que pasamos mucho más tiempo dentro de casa. Es entonces cuando surge el apetito incontrolado que no responde a ninguna necesidad física: "El hambre emocional nace como respuesta al malestar emocional y en vez de investigar qué es lo que nos afecta, se entierra comiendo. Lo interesante, además de poner freno a los excesos gastronómicos y regularlos, es investigar sólos o con ayuda profesional que nos está pasando, ponerle remedio si es posible y si no lo es asumirlo y tratar de superarlo", explican los psicoterapeutas de Grupo Laberinto.
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El mes 'healthy' es febrero
La cara amable de este fenómeno es que todas las dificultades con las que te enfrentaste en enero te resultarán mucho menos duras el segundo mes del año: "Aunque más que intentar perder peso de forma acelerada deberíamos plantearnos un estilo de vida más saludable y permanente, febrero es el mejor mes para empezar a olvidarnos de esos kilos extra", revelan desde Bodega de los Secretos, quienes fijan una regla clave con la que comenzar este cambio de vida: "No saltarnos el desayuno. Estaremos dejando de tomar nutrientes muy necesarios para afrontar el día con energía y llegaremos con menos hambre y ansiedad al resto de comidas".
Además, alaban los beneficios de implantarte un horario fijo para cada comida: "Si comemos a las horas a las que estamos acostumbrados evitaremos picar entre horas y ayudaremos al metabolismo a estar más tiempo en funcionamiento y quemando calorías". Y, como valor añadido: "También es beneficioso adelantar las horas a las que comemos, especialmente las cenas; es bueno contra el insomnio, para controlar los niveles de insulina y por supuesto, para adelgazar". Como último plato del día ideal, los especialistas recomiendan las proteínas magras por su poder saciante, eso sí, "acompañadas de verduras de bajo índice glucémico. Hay que evitar los hidratos de carbono, que se transforman en grasa".
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Cómo calmar el hambre entre horas
Como consejo final, los especialistas son conscientes de que los viajes a la nevera a deshoras son el talón de Aquiles de la mayoría y, por eso, te enseñan a controlar esas ganas de comer irracionales con éxito. ¿El primer truco? Beber leche o bebidas vegetales por que, como explican desde Grupo Laberinto, "la leche es un alimento que ayuda a aplacar el apetito. Beber medio vaso antes de irse a la cama o entre las comidas puede ser de gran ayuda para evitar el hambre emocional". Además, avisan de la trampa que suponen los azúcares añadidos: "El hambre emocional está muy relacionada con el consumo de alimentos azucarados. Por ello, lo mejor es evitar estos ingredientes y otros igual de calóricos en casa y optar por versiones más saludables de snack".