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Aunque todos los nutricionistas coinciden en que ningún alimento adelgaza, es decir, todos aportan calorías y, por lo tanto, energía al organismo, existen opciones cargadas de nutrientes con las que se consiguen beneficios más allá de la simple alimentación. Por ejemplo, la ensalada mediterránea que las chicas deportistas podrían comer todo el día, no solo porque está deliciosa, también ayuda a aliviar el acné y mejora la digestión. O la cena que se prepara Sara Sampaio cuando quiere ponerse en forma sin pasar hambre en toda la noche. Incluso la ciencia afirma que las ventajas de la dieta son muchas más que la de saciar el apetito. Un buen ejemplo es el melocotón, la fruta de temporada que ha demostrado que ayuda a mantener el peso ideal.
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Los expertos coinciden en que debes comprar frutas de temporada siempre que puedas, la razón es que conservan mejor sus nutrientes y propiedades porque han madurado en el clima óptimo. También son más sostenibles, pues es más probable que se las estés comprando a un productor local que las que se desarrollan por métodos artificiales. Además, por lo general saben y huelen mejor. Ahora, entre mayo y septiembre, es la temporada de los melocotones, un fruto rico en fibra y en potasio que ha demostrado su valía ante la ciencia. Y es que, según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Texas A & M, los que comen esta fruta tienen menos posibilidades de sufrir obesidad.
La clave está en el hueso, pues tras la investigación descubrieron que los frutos con un hueso de tamaño grande o mediano como los melocotones, las nectarinas, los albaricoques o las ciruelas, ayudan a prevenir la aparición de enfermedades como la obesidad o la diabetes. Otra de las propiedades que lo convierten en un aliado para perder peso es la fibra, una sustancia con propiedades saciantes que te ayuda a mantener el estómago lleno incluso horas después de comer.
De hecho, otro estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Georgia constató que los alimentos ricos en fibra soluble (cereales, frutas, algunas legumbres, frutos secos...), ayudan a disminuir el tamaño de las células grasas y a mejorar la digestión. ¿Otra razón para que lo comas? Ilumina y mejora la calidad de la piel gracias a su poder hidratante: "Con un 89% de agua, son también ricos en antioxidantes por su contenido en vitamina C, flavonoides y polifenoles", explica Nela Berlanga, nutricionista de Kilos Out.
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En cuanto al momento ideal para tomarlos, desde la Clínica Dray aconsejan que en cualquier dieta, la planificación es la clave: "Haz 5 comidas con las que conseguirás mantener tu organismo activo durante todo el día. Establece un horario para desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Realiza un plan semanal con lo que vas a comer cada día y así seguir una alimentación mucho más equilibrada y variada". Y es precisamente durante el desayuno o a media mañana (el almuerzo), la hora ideal para disfrutar de esta y otras frutas. La razón es que a partir de las cinco de la tarde no te interesa aumentar el consumo de fructosa - el azúcar de la fruta - y deberías evitarla para optar por proteínas magras y vegetales.
Para incluirlo en tu día a día de la forma más saludable, acompáñalo con un poco de yogur natural y avena por las mañanas, córtalo en rodajas y unta un poco de crema de cacachuete como hacen todas las chicas fit o tómalo solo. Para terminar, aunque los expertos en nutrición recomiendan consumir la fruta siempre con piel pues es ahí donde se concentran muchos de sus nutrientes, en el caso del melocotón explican que su textura aterciopelada resulta desagradable para algunas, pero que cada vez es más común que se consuman lavados y enteros. ¡Tú decides!