Si hay algo que domina el ‘klan’ Kardashian al completo es la forma en la que hay que comer para mantener esa figura ‘reloj de arena’ que las caracteriza. Por la red circulan decenas de vídeos recopilatorios de la cantidad de veces que las hermanas aparecen en su reality show comiendo ensalada y en sus perfiles sociales no dejan de compartir todos los detalles de una alimentación pensada para potenciar los resultados de sus horas de gimnasio. En 2019, Kim Kardashian admitió que los últimos meses del año relajó un poco sus hábitos, pero que se había prometido a sí misma que en 2020 recuperaría sus buenas costumbres. Pues bien, a la primera oportunidad que ha tenido, Kim demuestra que se puede comer bien incluso en el cine o viendo un partido de baloncesto.
Un recipiente lleno de trozos de piña y algunos gajos de lima, este es el aperitivo que Kardashian se llevó al partido de Los Angeles Lakers contra los Cleveland Cavaliers al que acudió junto a su marido, Kanye West. Esta fruta, además de tener un sabor muy dulce que calma el apetito, también es conocida por su gran poder depurativo y ayuda a combatir la retención de líquidos, por eso se recomienda tanto en dietas de adelgazamiento. Una opción muy apropiada para la empresaria que siempre ha admitido que hace todo lo que está en su mano para evitar la celulitis.
Además de su acción anticelulítica, la piña también es una gran aliada si se quiere perder peso porque es muy rica en fibra. Esta sustancia es famosa porque ayuda a que el aparato digestivo funcione correctamente y también a que llegues con menos hambre a la siguiente comida por su poder saciante, lo que hará que te sirvas porciones más pequeñas. Como descubrimiento para aprovechar aún más los beneficios de la fruta, según un estudio publicado por el Journal of Agricultural and Food Chemistry, se consigue aún más cantidad de fibra si se prepara un té hirviendo la cáscara de la piña y añadiendo un poco de canela.
Sin embargo, la anécdota de la noche se resume en la foto en la que se ve a Kim sujetando su recipiente con piña y comiéndose las patatas que su marido se había pedido para él. Y es que, por mucho que se proponga mantener una disciplina de hierro, es difícil no caer en la tentación cuando el plato de fast food está tan cerca… una situación que demuestra que, al final, Kim Kardashian tiene las mismas debilidades que todo el mundo.