La llegada de una nueva estación siempre viene acompañada de cambios de vestuario, de accesorios, de maquillaje y, por supuesto, también de pelo. En cuanto a coloración, las tonalidades brillantes y luminosas del verano dan paso a los naranjas, los marrones y los granates típicos del otoño que conquistan las melenas aclaradas en los meses de sol. Un buen ejemplo es el Berry-Dipped Blonde, una versión más cálida del strawberry blonde, ese rubio rosado que transforma el cabello claro con un velo de fresa. Ahora el fresa evoluciona a un frutos del bosque perfecto para la temporada en la que se caen las hojas. ¿Lo mejor? La técnica para conseguirlo es muy fácil y el tono se desvanece con los lavados por igual sin que tengas que sufrir el efecto raíz.
© Getty ImagesLos coloristas profesionales destacan la facilidad con la que se obtiene este tono pues lo único que se necesita es aplicar un tratamiento matificante encima del rubio que cubra los mechones con la calidez de los frutos del bosque. La mejor parte de esta técnica es que lavado tras lavado, el matificante comenzará a desaparecer de forma homogénea por lo que acabarás recuperando tu color natural por igual en lugar de tener que esperar a que crezca o visitar el salón para retocarlo.
En cambio, si lo que quieres es mantener el Berry-Dipped Blonde durante más tiempo acércate a ver a tu colorista más o menos cada dos meses, el tiempo que tarda el tratamiento matificante en perder su efecto. Otra forma de sumarse a la tendencia desde casa son los acondicionadores con color como los geles no permanentes Washout de la gama Colorista de L’Oréal, las mascarillas de color de La Mota o la Mascarilla Capilar de Color Ionic de Tahe. Una técnica a medida para probar el efecto de las coloraciones fuera de la gama tradicional... sin un compromiso a largo plazo.
