Someterse a un cambio de look radical siempre es una elección complicada. A la mayoría les lleva varias semanas decidir si dejarse flequillo es o no una buena opción porque, aunque haya algunos que sean fáciles de mantener y muy favorecedores, son capaces de transformar por completo la expresión. Por eso, cuando se trata de coloraciones, técnicas como las balayage que buscan la naturalidad, son las que más suelen gustar. Sin embargo, 2018 se ha convertido en el año de los riesgos, al menos en lo que a tonalidades capilares se refiere. Muchas famosas como Chiara Ferragni, Kim Kardashian y, hace poco, Kylie Jenner se han apuntado al rosa. Paris Jackson ha estrenado el Watermelon Shine o el Peachy Paris, un tono inspirado en los atardeceres al que ha prestado su nombre. Lo último en coloración llega desde Canadá y se conoce con el nombre de Vanilla Lilac.
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Chris Weber Mirlach es un estilista alemán afincado en Vancouver. Por sus manos han pasado celebrities como la actriz Lucy Hale, a la que seguro conoces por su papel de Pretty Little Liars y ha sido artífice de más de una coloración de tendencia. ¿Te suena el Cherry chocolate? Esa propuesta que tenía las raíces de un tono marrón intenso y dejaba reflejos cerezas en las puntas, fue creada por él. A ella se sumó la también actriz Sarah Hyland. Una de las últimas creaciones del estilista es Vanilla Lilac, un tono pensado para aquellas chicas que se sienten cómodas con los rubios más claros, pero prefieren añadir reflejos en un tono que contraste y favorezca su piel.
Esta coloración es en realidad, una mezcla de tonalidades pastel -con el vainilla como fondo y los lilas hacia las puntas- que permiten dulcificar los rasgos. Igual que sucede con otras propuestas de fantasía, para lograr este efecto es necesario combinar diferentes técnicas de coloración, entre las que destacan la de las balayage. Este tipo de mechas tratan de imitar la acción del sol sobre el cabello. Así, los tonos más claros quedan sobra las puntas y en los mechones que bordean el rostro, mientras que las raíces y la parte inferior se oscurecen. Algo muy similar a lo que consigue Weber. El experto elige los rubios platinos y los lilas más pastel para estas zonas, mientras que reserva una mezcla llena de matices para el resto del cabello.
Si eres de las que prefiere los rubios a los castaños, pero estás aburridas de los reflejos dorados y opinas que la fiebre por el rubio platino ya ha llegado a su fin, esta coloración podría convertirse en tu cambio de look para el otoño. Además, al incluir tonalidades cálidas dentro de la frialdad de los rubios nórdicos, el color favorece mucho a las chicas con pieles claras.