En una encuesta realizada por Eurostat en 2017 acerca de los hábitos de deporte de los europeos, se reflejaba que los países nórdicos eran los lugares donde más ejercicio físico se realizaba a la semana. Los habitantes de Islandia, Noruega, Dinamarca, Finlandia y Suecia ocupan los primeros puestos de la tabla en relación a la práctica deportiva de sus ciudadanos, con más de un 40% realizando al menos dos horas y media de ejercicio a la semana (en el caso de España este porcentaje se rebaja al 34%, todavía por encima de la media europea, fijada según los últimos datos en un 30%). En el caso concreto de Suecia, la importancia de practicar deporte va más allá de la afición personal y algunas empresas obligan a practicarlo a sus empleados en horario laboral. Y según un estudio elaborado por la Universidad de Estocolmo en 2014 los resultados no solo benefician al personal sino también a la compañía, reduciéndose un 22% el absentismo laboral. Incluso han hecho del plogging, la práctica de correr y recoger basura al mismo tiempo, un deporte con cada vez más adeptos en todo el mundo. A pesar de las bajas temperaturas del país, las actividades que tiene lugar en espacios abiertos son una de sus favoritas e incluso hay un concepto que da nombre a esta forma de practicar deporte: friluftsliv.
De nombre impronunciable, este curioso concepto se podría traducir como vida al aire libre y hace referencia al uso de los espacios abiertos para practicar ejercicio o entrar en contacto con la naturaleza. Con una superficie de más de 450.000 kilómetros cuadrados y menos de 10 millones de habitantes, Suecia cuenta con amplios terrenos y hermosos paisajes que funcionan como una alternativa perfecta para quien busca estar en forma sin tener que ir al gimansio. Practicar running en contacto con la naturaleza, montar en bicicleta, dar largas marchas en compañía de amigos o familia o caminar rápido subiendo y bajando cuestas son algunas de las posibilidades que engloba el friluftsliv. En países como España, poco acostumbrados en general a las bajas temperaturas, entrenar al aire libre cuando los termómetros no superan los cero grados puede parecer una locura pero en Suecia, donde en verano las temperaturas más altas rara vez superan los 27 ó 28 grados, están más que habituados a ello y la solución es tan sencilla como abrigarse de forma efectiva.
¿Y si hace frío?
De hecho, hacer ejercicio en contacto con el frío puede tener incluso más beneficios que practicarlo a una temperatura normal. Según los expertos, en las situaciones de frío nuestro cuerpo se esfuerza por calentarse, acelera su metabolismo y con ello aumenta el gasto calórico, que se multiplica al combinarse con la quema de calorías que ya de por sí producimos al practicar cualquier deporte. El único pero de realizar una actividad expuestos a bajas temperaturas tiene que ver con el calentamiento previo, que debe ser exhaustivo (más que si estuviéramos en un clima suave) para evitar lesiones musculares.
Además, aunque decir que hacer deporte en la naturaleza siempre va a resultar más atractivo que hacerlo en un gimnasio puede resultar una obviedad, lo cierto es que hay estudios que confirman sus ventajas. Por ejemplo, la Universidad de Essex en Reino Unido concluyó en una investigación publicada en 2012 que los beneficios de la actividad física se incrementan al respirar aire puro, en un entorno natural, tranquilo y al aire libre. Un motivo más para rendirse al friluftsliv ahora que los últimos días del verano comienzan a dar tregua.